Revista Humor

¿Por qué tanta felicidad?

Por Ciberculturalia
Si la cara fuera o fuese el espejo del alma, tal y como el dicho popular mantiene, me pregunto qué pensarían ustedes del rostro, tambien llamado cara o careto en caso de mayor tamaño, de uno de los hombres más felices de la tierra, según sus propias declaraciones.
Ya todos saben que hablo de don Francisco Camps que, aunque presunto e imputado, no es pertinente quitarle el tratamiento que las mínimas normas de cortesía exigen.
¿Por qué tanta felicidad?
¿Por qué, me pregunto yo con reiteración y alevosía, este "don" se siente tan feliz?
Su cara no lo demuestra. Su cara, careto o faz muestra a un hombre:
* con mirada aviesa
* con una oscuridad latente
* con una viscosidad evidente
* con un rostro penetrable
* con una sonrisa tipo hiena
* con mirada huidiza
* quizás algo vacuna, con perdón de las vacas, animales entrañables
Por todo esto y por mucho más, me sigo preguntando: ¿por qué este don, presunto e imputado, es tan feliz?
¿Será porque Fabra le va indicando el camino?
¿Será porque la señora Cospedal, que siempre conoce lo que piensan todos los españoles, le da ánimos para seguir manteniendo esa sonrisa ya tan famosa?
¿Será porque Mariano, a la sazón también "don", le ha prometido un suicidio conjunto?
¿O será porque la inigualable Rita le ha asegurado que, pase lo que pase, siempre contará con un plato de paella con garrafóns?
Por uno u otro motivo, el caso es que este señor don es feliz. Por favor, ¿podrían ayudarme a descifrar sus porqués?

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