En la publicidad uno escribe lo que ve en su mundo, por eso los cambios. Cada participante de la industria creativa ve el anuncio desde su trinchera. Si al dueño le gusta rojo, no le gustará que le presentes algo azul, aunque el creativo sea el mejor vendedor del mundo y afirme que el rojo tendrá resultados más favorables que el azul.
Las estrategias y todo los procesos de branding, además de hacer su función principal, pretenden disminuir estas rudas peleas, para llegar a acuerdos básicos y conseguir que los cambios sean mínimos. Y cuando una campaña le gusta a todos, es porque está dentro los parámetros de todos, que rara vez pasa, pero pasa y a todos gusta. Pero al final, lo que habrá que ver es si estamos dentro de la atención del mercado meta, ahí es cuando todos los que metimos la cuchara en ese delicioso batido de opiniones e intereses, parimos chayotes.
Nosotros como creativos trabajamos con las herramientas que tenemos, un buen brief, algunas referencias, insights de planning, experiencia profesional, vivencias personales, estudios de mercado (cuando los hay), asociación de ideas, café, cerveza y tacos.
Y cuando llega la idea, es como dar luz a un crío, te enamoras, te convences, lo cuidas, lo bañas y lo peinas para presentarlo a tu primer cliente, orgulloso de como luce. Y bueno, la historia ya la conté arriba.
Conclusión:
Si no esperas ver cambios en tus proyectos, nunca pierdas de vista el brief, ni la estrategia, arma tus argumentos, ponte en la posición de cada participante del proceso, en lo que el cliente quiere y a tu estilo, presenta el proyecto. Buena suerte.
El director creativo lo quiere "más creativo"
el creativo es muy terco, el de arte más
el de cuentas solo quiere terminar,
al cliente "le gusta", pero....quiere otra opción.
Y el consumidor nunca sabrá que quiere.
¿Algo está mal?
Este artículo apareció por primera vez en Creatividad Publicitaria.