Ya está. Con este libro termino la serie de Blue Heron. Una pena que con lo que me gustó el primero, Entre viñedos, el resto me hayan parecido a cada cual peor. ¿Habrá roto el último la tendencia? ¿Me habrá dejado mejor sabor de boca o habrá seguido la caída? Veamos cómo es la despedida de la saga situada entre viñedos en un pequeño pueblo de Nueva York.
Argumento
Connor O’Rourke lleva diez años esperando para hacer pública la relación intermitente que mantiene con Jessica Dunn y cree que ha llegado el momento. Su restaurante va viento en popa y ella ha conseguido un empleo de ensueño en los viñedos Blue Heron. ¿Por qué no casarse ya? No obstante, cuando se lo pide, la respuesta es no.
Jess está más que ocupada con su hermano pequeño, Davey, que ahora vive con ella a tiempo completo. La estabilidad económica le ha permitido dejar el horrible parking de autocaravanas en el que vivió de niña y adolescente e irse a vivir a una casa alquilada que, no será ninguna maravilla, pero es una casa. Para ello, trabajó como camarera y de ayuda a domicilio. Consiguió estudiar marketing, hacer un máster y finalmente entró en uno de los viñedos más importantes de la zona a las órdenes de Honor. Incluso la perspectiva de tener su propia casa con porche empieza a estar más cerca de ser una realidad que un sueño inalcanzable.
Lo que tienen Connor y ella es perfecto: son amigos con derecho a roce y son independientes. Todo son ventajas. Además, con un pasado tan complicado, con la reputación que aún la persigue de "Jessica, la Facilona" y con Davey, que odia a Connor desde niño, no puede verse como esposa de éste. Su prioridad es su hermano, ese niño grande con un cociente intelectual que ronda los cincuenta puntos.
Pero esta vez, Connor dice que tiene que jugar a todo o nada. Si no quiere casarse con él, entonces se buscará a quien sí quiera. Algo más fácil de decir que de hacer, ya que nunca ha amado a otra que no fuera ella. Y puede que, tal vez, Jessica no esté tan segura como ella cree…
Reseña
El libro empieza tal cual, con la proposición de matrimonio, la negativa de ella y él dándole un ultimátum que sabemos que no será tal. A continuación sigue con seis capítulos (algo más de 100 páginas) en que se nos cuenta por flashbacks las distintas etapas de su relación. Desde el incidente que hizo que Davey odiase a Connor (sin merecerlo, claro), pasando por un par de situaciones para ver cómo era la vida de ella con una madre alcohólica, un padre ídem además de adicto a las apuestas y las idas y venidas con Connor. Una vez se vuelve al momento presente, queda ver cómo se desarrollará la historia entre ambos tras la proposición fallida.
A Jessica la conocimos un poco en el primer libro, Entre viñedos. Vivió con Levi en el parking de autocaravanas y, junto a otra chica, eran los parias del pueblo. Sufría la humillación de recibir la ropa usada de Faith y durante años la despreció por ser la "princesita", aunque en realidad tenía celos de su familia perfecta, de su vida resuelta y, más tarde, de su relación con el maravilloso Jeremy. Hacia el final del libro, las dos hablaron un poco y vimos algo más de fondo en ella. Luego, en el siguiente libro, La pareja perfecta, entró a trabajar en la parte de marketing en los viñedos y Honor acabó agradecida y reconociendo su buen hacer. No recuerdo que hubiese menciones a que cuidaba de un hermano menor con discapacidad mental, pero puede que sí saliese y se me ha olvidado siendo en esos libros un personaje muy secundario.
Personalmente, me pongo del lado de ella. Connor es consciente de que Davey le odia y tiene reacciones desmedidas y violentas cuando le ve. Antes de declararte y sabiendo que las rupturas anteriores fueron casi todas por eso, lo de ganarse al chico (como acaba haciendo durante el libro) era el primer paso. Visto en perspectiva, no tiene ningún sentido esa proposición y sólo parece pensada para tener una escena potente para empezar el libro y enganchar. También sabe que ella ha vivido en la pobreza, matándose a trabajar desde adolescente, mientras él ha tenido una vida bastante acomodada y sólo tenía la cruz de un padre que sólo tenía ojos para Colleen y que acabó engañando a su madre con una mujer más joven, todo cosas que ya sabíamos del tercer libro, Te esperaré solo a ti. No entiende lo importante que es la estabilidad económica, el que ella quiera tener su propio techo y no vivir con un hombre que, de torcerse la relación, la obligase a volver a empezar de cero sin un hogar al que volver. Y mientras que él, en los periodos en que no están juntos lo intenta con otras mujeres, ella se mantiene célibe. Sólo por Connor hace el esfuerzo de dejar a Davey con "canguros" o de buscar huecos entre trabajos para verle. Quiere estar con él, pero dentro de sus posibilidades. En lugar de intentar ampliar esas posibilidades, le plantea un ultimátum. Ajá.
Flipo bastante con que las reseñas que he leído en Goodreads lo pongan a él de santo y a ella, en general, de mala. Sí, Connor está enamorado de ella hasta las trancas, pero querer imponer su deseo de casarse, de que vivan juntos en su casa, no me parece el colmo del romanticismo. No es menos cierto que es excesiva la forma en que antepone la chica a su hermano en todo, pero tiene su razón de ser que luego comentaré. Jess, al no poder depender de sus padres, se obligó a salir adelante sola sin contar con nadie y tiende a no confiar en nadie para no verse luego peor. Entiendo que en la perseverancia y paciencia de Connor se vea a un santo, pero me temo que yo sólo veo un egocéntrico obstinado en conseguir lo que quiere como sea. Adopta una perrita que realmente no quiere para ganarse a Davey y le enseña a cocinar a espaldas de Jess que se lo tiene prohibido porque la puede liar (como es evidente, la acabará liando y ahí habrá la bronca definitiva previa a la reconciliación final). Tiene razón en que no es un niño (tiene 26 años) y tiene capacidad para aprender a hacer cosas, pero es el tipo de decisiones que no le corresponden tomar y que lo suyo era planteárselo a ella y que participase para que controlase y viese que puede hacerlo así como incidir en los puntos que podrían dar problemas. Más comunicación, por favor.
En el primer libro, (va destripe), Faith se culpaba de la muerte de su madre en el accidente. Levi hizo una reconstrucción virtual y le demostró que era imposible que su madre hubiese evitado el golpe, que ella no tuvo ninguna culpa. Algo demasiado similar sucede aquí cuando Jess se culpa del estado de su hermano, que tiene Síndrome de Alcoholismo Fetal, la causa de su discapacidad metal. Sin embargo, Connor hace poco más que decirle que era una niña, que no es su culpa y, para convencerla... ¿tienen sexo? Le cuenta algo de lo que se lleva culpando toda la vida, algo que la ha llevado a poner a Davey por delante de ella para cualquier cosa... y eso es todo lo que se le ocurre. Vale que no hay mucho más que se pudiera hacer, pero esperaba algo más del hombre que la lleva amando 12 años. Algo. Tiene que ser el padre de ella, que lleva tres años sobrio y reapareció unos cuantos capítulos antes, para quitarle ese peso de encima.
De Connor, al margen de la relación con Jess, tenemos su visión de la relación con su padre, aunque casi todo lo que aquí se cuenta ya lo sabíamos del libro de Colleen, hay poco nuevo. Lo único es que Gail ("el Zorrón", ugh) primero intentó salir con él y luego se fijó en su padre... sabiendo que era su padre porque se lo dijo él mismo. Algo que es incongruente con lo que le contó a Colleen cuando al fin hablaron ambas. O ahí hizo que le mintiese o a la autora se le olvidó lo que ella mismo había escrito. En todo caso, un personaje que había acabado el libro más humanizada se pierde aquí todo avance. Aparte, también surge la idea de Connor de abrir una cervecería en el pueblo, cosa que no necesita con lo bien que va el bar, pero es otro hilo argumental para que haya interacción con Jess al encargarle a ella todo el marketing.
Luego, este libro vuelve a pecar de introducir un personaje odioso que, en este caso, es totalmente prescindible además. Si Hadley ya fue horrible en el anterior como exesposa de Jack, aquí Marcy, como rival amorosa y laboral de Jess, es insufrible. Aquella al menos tuvo su puntillo humano hacia el final, aquí es simplemente un recurso sin vida, ni gracia. De hecho, es el libro con menos puntos cómicos de toda la serie. Aparte de los piques entre Connor y Colleen, poco más.
Por otro lado, no hay nada en particular que marque el libro como final de la serie, pero lo es y habría agradecido algo que fuese un broche definitivo. Tal vez una celebración en los viñedos que supiese a despedida. Al menos sí que hay un buen número de pequeñas apariciones de los protagonistas anteriores así como se cierran algunos hilos, como la nueva pareja de la madre de Connor, pero falta algo más para ser un cierre.
En definitiva, aunque hay algunos buenos momentos, me parece que es el peor libro de la serie. Hasta ahora el puesto se lo llevaba el tercero que tenía de protagonista a Colleen. Al menos ese libro tenía todo el tema del tío de Lucas y el romance secundario de Paulie y Bryce con un enfoque cómico. Aquí todo gira alrededor de ambos protagonistas y me ha resultado bastante cansino. Es el libro de la serie que más me ha costado terminar y por momentos se me ha hecho cuesta arriba. Ni me ha sacado risas, ni me ha tocado la fibra sensible como para que se me escapasen unas pocas lágrimas.