Por un puñado de dólares (V.O. Per un pugno di dollari, a.k.a. “For a fistful of dollars”)
Italia, 1964
Director: Sergio Leone
Género: Western
(Imagen: Sergio Leone – wikimedia commons, dominio público)
Argumento
Un jinete llega a un poblado fronterizo mexicano llamado San Miguel. Mientras bebe agua en un pozo, presencia como un individuo patea a un niño que intentaba encontrarse con su madre. La mujer, que ve llegar al forastero, está retenida.
El forastero va a la cantina del pueblo. El posadero le informa de que la localidad se ha convertido en un lugar muy violento y peligroso, pues dos grupos rivales de bandidos intentan controlar los negocios de contrabando. San Miguel, muy cerca de la frontera con EEUU, es un punto estratégico por el que pasan cargamentos de armas y alcohol que los bandidos venden a los indios. Los Rojo por un lado y los Baxter por el otro se enfrentan por la hegemonía, con el resultado de que las tasas de mortalidad por herida de bala son allí muy altas. El viejo enterrador, que además construye ataúdes, tiene numerosos “clientes”…
Comentario
Éste excelente western italo-almeriense fue la primera obra maestra realizada por el genial (aunque poco prolífico) Sergio Leone. Hasta el momento, el director romano sólo había sacado a los cines algún que otro peplum menor (“Los últimos días de Pompeya” en 1959 o “El coloso de Rodas” de 1961). Con “Por un puñado de dólares” saltó además a la fama el hasta entonces desconocido Clint Eastwood.
Tan grande sería el éxito de ésta película que en los años sucesivos Leone rodaría dos films más del género (igualmente con Eastwood como protagonista): “La muerte tenía un precio” (1965) y “El bueno, el feo y el malo” (1966). Clint Eastwood crea con su imponente presencia un personaje para toda la trilogía: El enigmático “Man with no name” (“El hombre sin nombre”); forastero parco de palabras, de expresión hierática, solitario, astuto, de portentosa puntería, siempre con poncho, sombrero y un purito en la comisura de los labios.
El malvado Ramón Rojo (brillantemente interpretado por Gian Maria Volontè), es un villano sin piedad, pero su carisma logra traspasar la pantalla.
Akira Kurosawa llegaría a demandar a Leone por considerar que “Por un puñado de dólares” no era más que un plagio de su chanbara “Yojimbo” (“El Guardaespaldas”) de 1961, cuya trama es prácticamente idéntica: Un ronin que al llegar a un poblado donde dos bandas rivales compiten entre ellas trata de sacar el máximo partido ofreciendo sus servicios una vez a los unos y otra vez a los otros, enfrentándolos cada vez más entre sí. Lo cierto es que esa idea tampoco era original de Kurosawa, pues el director japonés se había inspirado a su vez en un clásico del cine negro: “The Glass Key” (Stuart Heisler, 1942).
A mi juicio, “Por un puñado de dólares” supera a su precursora nipona. Es más impactante, más brutal, más tensa y por si ello fuera poco está la sublime música de Ennio Morricone (elemento fundamental de toda la Trilogía del Dólar leoniana). En éste film, la banda sonora (generalmente sin textos) contiene además de los característicos silbidos, chasquidos de látigos y una voz efímera que parece repetir algo así como “we can fight!”.
También los títulos de crédito, con las siluetas, son dignos de mención.
Sergio Leone firmó la película con el pseudónimo “Bob Robertson”, en homenaje a su padre (Robertson: hijo de Roberto). En aquella época, los directores y actores italianos acostumbraban a adoptar nombres anglos porque creían que si la película parecía extranjera los espectadores acudirían con más interés a las salas de cine.
Sergio Corbucci, también un aclamado director de westerns, afirmó ser el primero que aconsejó a Leone el visionado de “Yojimbo”, la película que le sirvió de inspiración. Fernando Di Leo, otro gran director italiano, participó junto a Leone y Corbucci en la elaboración del guión de “Per un pugno di dollari”.
Martin Scorsese, quien reivindica y ensalza la Trilogía del Dólar, considera a Leone un renovador del (ya entonces) caduco género western; Leone fue un cineasta que revitalizó el género con nuevos y potentes arquetipos.