GALERÍA
Mira las fotos de estos dos porches
ETIQUETAS
- porche
- rincón de lectura
- planta
- jardín
- pérgola
- flores
- vela
- desayunar
- desayuno
- cenador
- cenar
Dos porches, dos estilos; día y noche al aire libre
Un romántico cenador bajo una pérgola, para veladas en petit comité, y un porche colorista ideal para fiestas y cenas más formales. Dos maneras de vivir el exterior, dos rincones que se llenan de magia al caer la noche.
Un cenador romántico
Desde la casa, una pasarela de madera de ipé procedente de bosques sostenibles lleva hasta el cenador.“Es el jardín trasero de una casa unifamiliar, a las afueras de Madrid. Los propietarios, un matrimonio con dos hijas, querían sacarle el mejor provecho a este exterior, que en origen era una extensión de hierba con un pequeño solado de gres. Ambos recordaban con entusiasmo sus jardines de infancia y necesitaban evocarlos, en cierto modo recuperarlos para brindárselos a sus hijas, familiares y amigos”, cuenta Javier Álvarez de Eulate, el paisajista encargado de reformarlo.Ahora, el jardín forma un pequeño fragmento del paisaje que se observa desde el interior de la casa. “Es una estancia más, silenciosa y recogida, que permite vivir fuera desde la hora del desayuno hasta la cena, bajo las estrellas”.Javier Álvarez de Eulate dispuso, en forma de cruz, cuatro elementos entrelazados: tierra, agua, aire y fuego. “Son los cuatro elementos de la naturaleza, todo interactúa entre sí”. El agua viene del murmullo de una pequeña fuente y el fuego lo hace de la mano de las velas. Son el complemento perfecto para una iluminación “a base de luminarias discretas, escondidas entre la vegetación, con lámparas de Leds. De noche, el jardín se transforma”, asegura Javier. Un
exteriorque no solo se adapta a los diferentes momentos del día, sino que “permite contemplar el paso de las estaciones” gracias a la variedad de plantas y flores, sembradas y en maceta.
Detalles con luz propia
En el suelo, sobre la mesa, colgados, marcando el camino al cenador..., portavelas de varios estilos y tamaños se distribuyen por el jardín y la pérgola, proporcionando una luz especial a las noches de verano. El mejor complemento de la iluminación suave a base de Leds.
Con sabor andaluz
A los propietarios de esta casa marbellí, construida a solo 150 metros de la playa, les encanta recibir invitados. El clima andaluz, que permite vivir en el exterior buena parte del año, les llevó a crear un porche amplio y con dos zonas diferenciadas: un salón y un comedor, ambos abiertos al jardín. “En verano, utilizamos los porches a diario –comentan–. Y el resto del año también los usamos, con estufas de exterior”.El rojo bermejo de la fachada de la casa fue una propuesta del arquitecto Eduardo de Llano, y lo combinó con detalles en azul verdoso, como las mallorquinas, las rejas y las vigas del techo del comedor, que es de madera y aísla muy bien del calor. Con estos colores, Eduardo buscaba reflejar el rojo de la sierra de
Marbella y el azul verdoso del mar, y crear un escenario cálido y acogedor para las comidas y cenas que se organizan en el porche.Equipado con muebles de fibras, madera y hierro, este espacio se reinventa cuando llega la noche. Si de día la decoración es informal, con textiles en refrescantes tonos azules y verdes y complementos de mesa de estética rústica, de noche la sofisticación se vuelve protagonista. Entonces, el porche se viste con detalles brillantes, como los candelabros plateados y la vajilla de porcelana, y accesorios elegantes, como los textiles en color crudo del estar. Rincones mágicos a la luz de las velas, que los propietarios encienden por todos los rincones: “Nos encanta la luz cálida que crean”, afirman.
Brillos en la noche
La luz de las velas se transforma en mágicos destellos al reflejarse en los complementos “de noche”. Las lentejuelas de los cojines, el cristal de las copas y detalles decorativos, la plata de los candelabros... suman glamour a este porche con comedor de verano.