Porqué debes apostar por el marketing emocional

Este verano me sorprendí en la última fila del cine con una bolsa llena de chucherías dispuesta a ver la última película de Pixar Inside Out. Yo no soy muy de cine -y menos de dibujos- y quizás por eso mi marido me miraba incrédulo mientras compraba las entradas y observaba como se llenaba la sala hasta el último asiento. Por si no la has visto, -puedes seguir leyendo porque no voy a hacerte un spoiler-, es una metáfora sobre cómo las emociones dominan nuestras circunstancias y entorno, y determina la manera como actuamos.
Lo hacen desde el punto de vista de una niña pequeña que empieza a lidiar con alguna que otra frustración y cómo se va forjando su carácter y sus recuerdos. Me parece una obra maestra, sin más. Te lleva de la risa a la reflexión, con delicadeza, y en la que encuentras alegorías (como por ejemplo la manera como guardan los recuerdos) que yo me he guardado porque prefiero pensar que así está estructurado mi cerebro, para hacerlo sencillo, y dejar de darle vueltas a cosas que no tienen respuesta.

Pero lo que pone de manifiesto esta película es como las emociones -positivas y no tanto-: pilotan nuestra vida. Y es por eso que tu marca, producto o servicio tiene que provocar una emoción a aquella persona que interactúa con ella. Y es que hoy en día no llegar puede convertirte en invisible.

Yo trabajo muy orientada a las emociones, y siempre cuando empiezo un proyecto nuevo me hago la misma pregunta: ¿Qué quiero que sienta mi público? El marketing emocional es muy potente y además te permitirá trabajar con tus armas, aquéllas con las que te sentirás más cómoda. Ya te lo contaba aquí.

Si todavía sigues incrédula, a continuación te explico las tres claves por las que tu marca debe emocionar a tus futuros clientes si quieres un negocio estable y con un futuro próspero.

Tres razones que no debes olvidar:

1. Las emociones nos llegan, nos tocan en lo más profundo.

A veces puede ser positivo -con un enfoque de superación- o a veces negativo -relacionado con un punto de dolor claro por el que ha pasado tu cliente- pero el mensaje llega mucho más rápido a tu público y descarta claramente al que conecta con la marca del que no.

2. La emoción es memorable, precisamente porque nos remueve algo por dentro.

Esto genera un impacto en nuestro recuerdo imborrable. ¿Y no hay nada mejor que tu marca se convierta en memorable verdad?

3. Por último, pero no menos importante: La emoción es el preámbulo a la acción.

Sentimos algo y luego actuamos en consideración, por tanto la emoción es generadora de acción. Y no hay nada más potente que despertar acción en quién tienes delante. Para que se une a tu tribu, para que escriba un comentario o para que compre tus productos.

¿Te unes al marketing que no se ve pero se siente?
Te espero en los comentarios por si tienes alguna duda relacionada con el post.