Un equipo del Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de China, combinó el dolor físico y social para comprender sus efectos.
Para el estudio reclutaron a estudiantes universitarios que recientemente experimentaron una ruptura romántica, donde fueron expuestos a imágenes de sus ex parejas para inducir dolor social y pulsos de calor para inducir dolor físico.
El estudio observó que el rechazo social facilitaba la percepción del dolor físico cuando los individuos se centraban en su dolor social inhibían la percepción del dolor físico.
La investigación identificó un efecto paradójico del dolor social sobre el dolor físico, en la ínsula posterior del cerebro codificando el efecto facilitador y el polo frontal participando en el efecto inhibidor. Además, el tálamo jugó un papel en la moderación de ambos procesos, actuando como un interruptor en diferentes estados de preocupación por el dolor social.
Los hallazgos del estudio sugieren la posibilidad de que la regulación psicológica module el procesamiento perceptual de estímulos dañinos, lo que podría beneficiar la salud mental y el bienestar humano, especialmente para los pacientes que sufren dolor social debido a enfermedades o discapacidades.
Este estudio, denominado "Los efectos duales facilitadores e inhibidores del dolor social en la percepción del dolor físico", se publico en la revista iScience.