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Según un artículo publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS), dormir la siesta es clave para fijar lo que aprenden los bebés.
A esta conclusión han llegado científicos de la Universidad de
Sheffield (Reino Unido) y de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania),
tras realizar una serie de experimentos en los que 216 bebés de entre
seis y 12 meses tuvieron que repetir ciertas acciones con títeres,
cuatro horas después de haberlas aprendido por primera vez.
Se constató entonces que aquellos que durmieron durante al menos media
hora en ese intervalo obtuvieron mejores resultados que los bebés que no
habían dormido y, además, siguieron reteniendo la información 24 horas
después, informa AlphaGalileo.
En niños mayores
En el 2013, especialistas del Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento de la Universidad de Tübingen,
en Alemania, realizaron un experimento con niños de entre ocho y 11
años y con adultos jóvenes que demostró que el sueño es importante para
el aprendizaje también a estas edades.
En este caso, el
experimento consistió en que los niños y jóvenes primero aprendieran a
adivinar una serie predeterminada de acciones, sin ser conscientes de la
existencia de la propia serie. Después de una noche de sueño o de un
día despiertos, se analizó la memoria de los participantes.
El resultado
fue que, tras dormir una noche, ambos grupos de edad podían recordar
más cantidad de elementos de una fila de números que aquellos que habían
permanecido despiertos. Se demostró asimismo que los niños resultaron
ser mucho mejores en esta tarea que los adultos, por lo que los
investigadores concluyeron que: "En los niños, se genera mucho más
conocimiento eficiente explícito durante el sueño a partir de una tarea
implícita aprendida previamente”.
¿Por qué el sueño es tan importante para aprender?
Hay diversas explicaciones sobre la causa de la importancia del sueño
para el aprendizaje. Los investigadores de las Universidades Ruhr y
Sheffield señalan que dicha importancia se debe a que dormir impide que
otros acontecimientos interfieran en la fijación del recuerdo, y que se
fortalezca la memoria.
Desde el punto de vista
fisiológico, cuando el niño duerme es cuando se codifican los recuerdos
y se transfieren del hipocampo –parte del cerebro implicada en la
memoria inmediata– al neocórtex –área involucrada en la memoria a largo
plazo, han declarado a Sinc.
Este proceso fue constatado en 2006 por investigadores del Max Planck Institute for Medical Research,
en Heidelberg (Alemania) tras analizar la comunicación entre diversas
áreas del cerebro relacionadas con la memoria durante el sueño. El
análisis reveló efectivamente que la información que registra el cerebro
por primera vez se transfiere desde la región del hipocampo hasta la corteza cerebral mientras dormimos.
Hace un tiempo, la especialista María Victoria Sánchez-Vives, del
Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), explicaba,
por su parte, la relación existente entre aprendizaje y sueño de la
siguiente forma: mientras dormimos, se propagan por el cerebro unas
ondas eléctricas lentas que resultan clave para la consolidación de la
memoria y para el aprendizaje. Esas oscilaciones suaves son más acusadas
durante los primeros años de desarrollo del niño, lo que explicaría la
importancia del sueño para el aprendizaje a estas edades.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin
(EEUU), han propuesto para la relación entre sueño y aprendizaje una explicación alternativa
: el sueño sería importante para aprender porque debilita las
conexiones entre las células cerebrales (o neuronas) para ahorrar
energía, evitar el estrés celular, y mantener la capacidad de dichas
células para responder a los estímulos de manera selectiva. "El sueño es
el precio que el cerebro tiene que pagar por el aprendizaje y la
memoria", han señalado estos investigadores.
¿Qué pasa con los adultos?
En el caso de los adultos, también se ha demostrado que el sueño es importante para aprender. Por ejemplo, un estudio
de 2009 llevado a cabo por especialistas de la Universidad de
Northwestern (EEUU) constató que durante esta etapa de la vida, el
cerebro igualmente emplea el tiempo de descanso para la fijación de
recuerdos. Esto es así hasta tal punto, que algunos científicos han
llegado a sugerir que los sueños serían en parte una actividad de la memoria.
Fuente:
tendencias21