Yo continúo insistiendo en la necesidad que los cubanos nos unamos. No pido que pensemos unánimemente porque la unanimidad solo se logra cuando no se permite la libre expresión. Pensar diferente es normal, pero a pesar de esas diferencias debemos unirnos en lo esencial y lo esencial es la libertad de Cuba.
Una vez que Cuba sea libre, podremos discutir nuestras diferencias como lo permite la democracia, pero ahora es momento de apoyarnos los unos a los otros porque tenemos que ganarnos el derecho a pensar diferente es una Cuba democrática y libre, donde tenga cabida el pluripartidismo.
Recuerdo un párrafo del célebre escrito del desaparecido maestro Luis Aguilar León, sobre el Profeta hablando de los cubanos. Escribía Don Luis:
“Los cubanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia, y en grupo por su gritería y apasionamiento. Cada uno lleva la chispa del genio y los genios no se llevan bien entre sí. De ahí que reunir a los cubanos es fácil, unirlos es imposible. Un cubano es capaz de lograr todo en este mundo, menos conseguir el aplauso de otros cubanos.”
Por eso nos encontramos que los grupos, organizaciones y movimientos se atacan entre sí, sea por acción o sea por omisión y eso no debe pasar. Esa división hace aún más difícil lograr la libertad de Cuba.
Me he encontrado con amigos del exilio histórico que desconfían de los nuevos grupos que han surgido en Cuba. También hay grupos en Cuba que critican a ese exilio histórico. Eso solo nos divide aún más porque hace que algunos sean los cubanos de allá y otros sean los cubanos de acá.
¿Por qué no se puede pensar que si hay unos 11 millones de Cubanos en la Isla y unos 3 millones de cubanos en la diáspora, que existe una nación cubana de 14 millones de cubanos?
Que la constitución castrista no contempla la doble nacionalidad. Pues hay muchas otras cosas que tampoco contempla. Que la constitución de 1940 no lo contemplaba, pues era lógico ya que en ese entonces eran muy pocos los cubanos que vivían fuera de la isla.
Y de todas formas una de las etapas para una cuba totalmente libre tendrá que ser el redactar una nueva constitución y esa nueva constitución tendrá que contemplar la doble nacionalidad como lo contemplan actualmente la mayoría de las constituciones.
No critiquemos a otros porque su método de lucha es diferente. Apoyémonos todos y recordemos que el papel de los cubanos de la diáspora es apoyar a los cubanos que con los recursos de que disponen, buscan lograr un cambio.
Es verdad que algunos persiguen un cambio paulatino y también que hay otros que persiguen un cambio rápido y rotundo. No veamos que la velocidad del cambio nos divide, sino veamos lo que nos une, y eso es, que todos buscan un cambio.
Invito a todos los cubanos a pensar en la necesidad de la unión, recordando que unión no significa unanimidad, sino coincidir en lo esencial. Si lo vemos pragmáticamente veremos que no es tan difícil.
Somos nosotros con nuestra actitud los que lo hacemos muy difícil. Casi imposible.