Revista Cocina

¿Porqué hay que luchar contra las enfermedades no transmisibles?

Por Mamucer @MarinaMunozC

¿Porqué hay que luchar contra las enfermedades no transmisibles?

– Marina Muñoz Cervera –

Las enfermedades no transmisibles representan una amenaza para la salud.

Este grupo de enfermedades, también conocidas como “crónicas” son responsables de las muertes de 41 millones de personas cada año.

Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas tienen en común 4 factores de riesgo:

– Dietas malsanas.
– Consumo nocivo de alcohol.
– Consumo de tabaco.
– Sedentarismo.

Y las 4 enfermedades causan la muerte prematura en un 80% de la población mundial.

La obesidad, la hipertensión arterial, la hiperglucemia y la hiperlipidemia son las puertas que abren por completo el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles (ENT).

La hipertensión arterial es el factor de riesgo que causa más muertes (19%), seguido por el sobrepeso,  la obesidad y la hiperglucemia.

¿Cuáles son las metas de la OMS en su lucha contra las ENT?

Este organismo internacional considera una prioridad luchar contra las ENT y, en su “Informe sobre la situación mundial de Mundial de las enfermedades no transmisibles 2014“, propone las siguientes metas:

1.- Reducción relativa de la mortalidad general por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas en un 25% para 2025.

2.- Reducción relativa del uso nocivo del alcohol en al menos un 10% para 2025.

3.- Reducción relativa de la prevalencia de la actividad física insuficiente en un 10% para 2025.

4.- Reducción relativa de la ingesta poblacional media de sal o sodio en un 30% para 2025.

5.- Reducción relativa de la prevalencia del consumo actual de tabaco en un 30% en las personas de 15 años o más para 2025.

6.- Reducción relativa de la prevalencia de la hipertensión en un 25%, o contención de la prevalencia de la hipertensión, en función de las circunstancias del país, para 2025.

7.- Detención del aumento de la diabetes y la obesidad para 2025.

8.- Tratamiento farmacológico y asesoramiento (incluido el control de la glucemia) de al menos un 50% de las personas que lo necesitan para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares para 2025.

9.- 80% de disponibilidad de tecnologías básicas y medicamentos esenciales asequibles, incluidos los genéricos, necesarios para tratar las principales enfermedades no transmisibles, en centros tanto públicos como privados para 2025.

Según refiere Margaret Chan, Directora General de la OMS, en el mencionado informe: “El mundo se encuentra en un momento decisivo de la historia de las enfermedades no transmisibles (ENT) y tiene ante sí una oportunidad única de alterar su curso”.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la OMS por lograr algún avance en sus metas, los resultados obtenidos, hasta el momento, se describen como decepcionantes, y los principales obstáculos encontrados para su aplicación en algunos países son los siguientes:

– Falta de voluntad política, compromiso, capacidad y medidas.
– Falta de políticas y planes concernientes a enfermedades no transmisibles.
– Dificultades para el establecimiento de prioridades.
– Repercusiones de factores económicos, comerciales y de mercado.
– Capacidad técnica y operacional insuficiente.
– Financiación insuficiente (nacional e internacional) para intensificar las respuestas nacionales a las ENT.
– Falta de rendición de cuentas.

Recomendaciones de la OMS.

Los mencionados obstáculos que figuran en un Informe de la Comisión Independiente de alto nivel de la OMS sobre Enfermedades no Transmisibles del 2018, que lleva por título “Es hora de actuar“, han dado lugar a 6 recomendaciones para los gobiernos de todo el mundo.

En la primera recomendación, “Comenzar desde el principio”, la OMS considera que los Jefes de Estado y de Gobierno deben ser responsables de los programas sobre ENT, y no solo los Ministerios de Salud.

En la segunda recomendación, “Priorizar e intensificar”, se insta a los países a identificar y adoptar un conjunto de prioridades en el marco de las ENT. Las prioridades deberían basarse en datos fehacientes de cada país sobre morbilidad y mortalidad.

En la tercera recomendación, “Integrar y ampliar: ENT en los sistemas sanitarios de salud y la cobertura sanitaria universal”, indica a los gobiernos que deberían reorientar sus sistemas de salud, en función de los contextos y las necesidades nacionales.

En la cuarta recomendación, “Colaborar y reglamentar”, se insta a los gobiernos a crear entornos protectores de salud, mediante leyes firmes o mediante el diálogo, según proceda.

En la quinta recomendación “Finanzas”, se propone a los gobiernos crear un nuevo paradigma económico para actuar contra las ENT.

Y en la sexta recomendación “Promover la rendición de cuentas”, aconsejan a los gobiernos fortalecer la rendición de cuentas ante los ciudadanos en lo concerniente a las ENT.

¿Qué podemos hacer nosotros?

En gran medida, de nosotros depende la reducción de los factores de riesgo que afectan al estilo de vida, como las dietas malsanas, consumo de alcohol y tabaco.

No deberíamos dar lugar al padecimiento de aquellos problemas de salud que nos van a llevar de forma inexorable a una ENT, como la hipertensión, sobrepeso, obesidad, glucosa alta, colesterol y/o triglicérido altos.

Si intentamos que nuestra alimentación sea saludable, sin dejarnos llevar por una industria alimentaria que ofrece comestibles ultraprocesados, a veces con la falsa etiqueta de saludables, y procuramos que nuestra comida sea lo más natural posible, tendremos parte del camino hecho, ya que una alimentación sana, junto a la práctica de ejercicio físico, nos ayuda a mantener un peso saludable.

Evitando el sobrepeso y la obesidad, en muchas ocasiones, evitamos la hipertensión arterial. Y si nuestra alimentación se basa en carbohidratos integrales, frutas, verduras, pescado, legumbres, y minimizamos el consumo de embutidos y carnes rojas, el colesterol, así como la glucosa y los lípidos en sangre, se normalizan.

Por otro lado, el control a través de la toma de tensión arterial periódica, así como las analíticas de sangre, pueden ayudarnos a conocer mejor nuestro estado de salud metabólico.

¿A cuántas personas con hipertensión o hiperglucemia o hiperlipidemia o sobrepeso u obesidad conoces?

Estoy segura de que merece la pena luchar por ellas.

Fuentes:

– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Las enfermedades no transmisibles: datos y cifras”. 1 de junio de 2018.

– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Informe sobre la situación mundial de Mundial de las enfermedades no transmisibles 2014”.

– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Es hora de actuar”. Informe de la Comisión Independiente de alto nivel de la OMS sobre Enfermedades no Transmisibles. Ginebra, 2018.

Imagen:

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