Una investigación del King's College London y The Open
University explica por qué la memoria en la vejez es mucho menos flexible que
en la edad adulta. A través de experimentos en ratones, los investigadores
descubrieron que había diferencias dramáticas en cómo se almacenaban los
recuerdos en la vejez, en comparación con la edad adulta. Estas diferencias, a
nivel celular, significaron que era mucho más difícil modificar los recuerdos
creados en la vejez. Los recuerdos se almacenan en el cerebro al fortalecer las
conexiones entre las células nerviosas, llamadas sinapsis. Recuperar una
memoria puede alterar estas conexiones, permitiendo que las memorias se
actualicen para adaptarse a una nueva situación. Hasta ahora, los investigadores
no sabían si este proceso de actualización de memoria estaba afectado por la
edad. Los investigadores, descubriendo que la edad de los animales no afectaba
su capacidad general para crear nuevos recuerdos. Sin embargo, al analizar las
sinapsis encontraron diferencias fundamentales entre ratones más viejos y más
jóvenes. Se establecieron nuevos recuerdos a través de un mecanismo
completamente diferente en animales más viejos en comparación con los más
jóvenes. Además, en ratones más viejos los cambios sinápticos vinculados a
nuevos recuerdos fueron mucho más difíciles de modificar que los cambios
observados en ratones más jóvenes. Los resultados pueden tener implicaciones
para las condiciones donde la memoria es un problema, ya que confrontar y
modificar los recuerdos traumáticos es una característica central de algunos
tratamientos psicológicos, como la terapia conductual cognitiva centrada en el
trauma . El estudio se publica hoy en la revista Current Biology.