Así es la tarjeta que nos entregan en los colegios y que solo se puede canjear por libros de texto
¿Habéis visto que bonita? Es como una tarjeta de crédito, patrocinada por BBVA, con fotos a todo color, muy llamativa… Pero, ¡un momento! ¿Os habéis parado a pensar cuánto cuesta emitir estas tarjetitas de plástico personalizadas y con banda magnética? Solo por poner algunos ejemplos: la empresa Parque Reunidos cobra 6€ por la emisión de cada carné del BonoParques y todos sabemos (o deberíamos) cuánto nos cobran nuestros bancos por la emisión y mantenimiento de nuestras tarjetas bancarias… ¿Qué pasaría si en lugar de eso utilizasen una cartulina con tinta a color? (y ya estoy tirando la casa por la ventana). ¡Claro!, que todo ese gasto innecesario se podría utilizar en incrementar la cuantía de las becas o en cualquier otra cosa. Pero vayamos más allá. ¿Qué pasaría si además se redujesen los gastos en gestiones que provocan las solicitudes: en correo, registros…? ¿Y si además se eliminase la contratación de una auditoría que revise las solicitudes en las sucesivas fases en las que se conceden las becas? Imaginad la cantidad de papeles que tendrán que revisar los pobres. Pero, ¿y si, para colmo, nos ahorramos los gastos anteriores que provocan por duplicado cada uno de los recursos que se presentan?