En este mes de declaraciones de la renta no olvidemos que podemos exigir nuestro derecho a que no se financien con nuestros impuestos las fiestas en las que se torturan animales.
Conozco mucha gente que no le gustan las corridas de toros, que simplemente les daba igual que se torturaran toros en las fiestas mientras ellos no vieran el sufrimiento del animal, pero que al enterarse del dinero que las administraciones destinan a subvencionar tanta crueldad han tomado una actitud mucho más crítica.
Una de las formas de movilización es adjuntar una queja en nuestra declaración de la renta de todos los años. Yo lo hice el año pasado, siguiendo los pasos que indican desde la plataforma Stop our Shame, y al cabo de unas semanas recibí esta carta. Desde la plataforma me aclararon que es lo que suelen enviar y que hay que continuar insistiendo y protestando.
La crisis económica en la que estamos metidos también está ayudando a reducir el sufrimiento de los animales, ya que muchos ayuntamiento están recortando o eliminando sus fiestas populares en las que se gastaban millones de euros en torturar animales, aunque otros se empeñen en declararlos Bien de Interés Cultural.
Uno de ellos ha sido el de Alhaurín el Grande (Málaga), que ha suprimido la suelta de la vaquilla de sus fiestas pero no lo ha hecho por problemas económicos sino por la humillación al difundirse estas imágenes. Primero lo intentaron “suavizar” pero ante tal barbaridad no han tenido más remedio que asumir su responsabilidad.
Pero muchos más pueblos van a empezar este verano con sus fiestas patronales en las que también se maltratan y torturan animales para la diversión de unos cuantos salvajes con dinero público. Por eso este año volveré a presentar la queja en la declaración de la renta porque yo tampoco quiero subvencionar la tauromaquia.