Por qué siento que eres mío (Parte V)
¿Por qué cada vez que te veo, me convenzo más que eres mío? Y cuando te dejo de ver, las dudas me consumen.
Volví a verte y estabas sonriente por alguien quien llegó. Pero cuando me miraste te hiciste el serio. Yo no estaba de buenas. Y no pude sonreir. Pero lo noté. Estabas disimulando.
Sé que me viste varias veces, pero no quise mirar. Estaba tan molesta con algo ajeno a ese momento. Ensimismada en mis pensamientos y problemas. Que hubo un instante en que me abrazaste y me diste un beso en la mejilla para saludarme y no me fijé, por estar pensando. Pues reaccioné y te sujeté un brazo y no me esperé que de igual manera tu lo hicieras, y te pregunté algo, al sentir la presión en mi antebrazo o muñeca, salí corriendo, huyendo, ni siquiera escuché lo que me decías. Solo pensaba en escapar de ti y de los problemas en mi cabeza.
Como era de esperar, te enojaste conmigo, me ignoraste al instante. Yo reaccionando de lo que había hecho, quise hablarte y seguir con la conversación pero te habías molestado. Pero como sé que no estaba todo perdido? Cuando después de caminar volteaste a verme. Entonces supe que esta amistad era importante para ti. Estabas enojado pero pronto se te pasaría.
Por qué siento que eres mío (parte IV)
Por qué siento que eres mío (parte III)