Carlos Garmendia • Bilbao
Cuando menos te lo esperas es cuando más disfrutas las cosas, seguramente por nuestra innata costumbre de crear excesivas expectativas los descubrimientos agradables lo son aún más desde el momento en que resultan imprevistos.
Hoy os quiero enseñar unas fotografías de un proyecto que visité este verano en Sri Lanka. Si bien es cierto que la visita no fue casual ya que este edificio me fue directamente recomendado por los VAUMM (que ya escribieron un artículo sobre él), la realidad superó con creces lo esperado, convirtiendo el paseo por cada rincón del edificio en una maravilla para los sentidos.
Este es de esos proyectos en los que, por muchas fotos que os puede mostrar y por más que me explaye en su descripción, hay que caminar y vivir para disfrutarlo. Sé que no os lo pongo fácil, y que Sri Lanka no está a la vuelta de la esquina…pero que sirvan estas palabras para asegurarme de que si alguno acaba en este país (totalmente recomendable por otro lado), se vea obligado a hacer una paradita en el Hotel Kandalama, obra de Geoffrey Bawa.
Ejemplo de integración en un paraje fascinante, el proyecto de este gran arquitecto te regala espacios de todos los tipos según recorres sus pasillos y escaleras. Subes, bajas, caminas con toda libertad encontrándote clientes con la misma frecuencia que lo haces con monos o pájaros de todos los colores. No hay un espacio igual que otro; una terraza con piscina, un rellano de escalera con un escritorio, un pasillo conquistado por la vegetación y otro por la montaña, y todo esto rodeado de un paisaje de esos que te llevarías a casa para verlo cada mañana al despertar.
Os dejo también el enlace al artículo de VAUMM sobre el proyecto donde tienen más y mejores fotos que las de un servidor.Kandalama by Geoffrey Bawa