El alemán gigante mundial de química BASF quiere seducir los constructores automóviles gracias a materiales más ligeros que el metal.
« Nuestro objetivo no es transformar los vehículos en papel maché », promete Frédéric Delbecque, responsable de PSA en BASF. Efectivamente, sin embargo el gigante mundial de química se basa en esa idea de aligerar los coches y apuesta por los coches. Y no es de extrañar pues su receta de 2013 fue de 75 miles de millones de euros cuyos 15% provienen de la industria automóvil.
Sus objetivos consisten en seducir los constructores de automóvil en general incluyendo los eléctricos, con los que el grupo alemán proyecta trabajar en directo sin pasar por intermediarios. Y para ello cuentan con el argumento de que reduciendo el peso de un vehículo de gasolina o diesel de 100 kilos, el consumo de carburante se vería reducida de 0,4L/100km. Y lo que más nos interesa en esta web: que el rendimiento de los modelos de coches eléctricos se vería claramente mejorado.
Un discurso trabajado y declarado el mes e mayo por alrededor de treinta colaboradores de BASF enviados para la ocasión. ¿Qué es lo que el químico espera de un acercamiento a las constructoras? Poder posicionar sus productos desde los primeros momentos de la concepción de un vehículo, “porque en ese momento es cuando las decisiones tecnológicas y estilísticas se toman” según el señor Delbecque.
Entre las tecnologías de coches eléctricos presentadas esta semana con la marca del león, la batería de litio-azufre, desarrollada por la sociedad americana Sion Power, permite triplicar la energía almacenada por unidad de peso.
Las baterías no son las únicas que el grupo alemán piensa mejorar. BASF busca efectivamente aligerar casi todos los componentes de un coche. El concept-car Smart Fortvision, que no es otra que la célebre Daimler (mejor conocida como Chrysler) mejorada por BASF, da un buen avance de su caza de kilos, en el que el metal aparece como enemigo numero 1.
“Las llantas de plástico han permitido ganar 3 kg por rueda” anuncian los encargados de la sección automóvil. El metal utilizado para la fabricación de algunas partes de los asientos se ve sustituido por poliamida. Por fin, BASF se lanza a la estructura misma del vehículo procurando reemplazar por partes más ligeras pero con un rendimiento que iguale el metal que las compone originalmente. Varios constructores han manifestado su interés por las llantas de plástico, indica la empresa alemana, sin ser más específicos en quienes fueron.
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