Así que entre nervios y dudas por no saber "qué será", "a dónde vamos" "que me pongo!!!", he optado por unos leggings, un vestidito y una chaqueta.
Yo parecía una niña pequeña pidiendo todo el tiempo que me diera pistas para adivinarlo y por fín hemos llegado a... ¡¡¡La peluquería. Síííí!!! :) ¿¿¿Un novio que regala una sesión de peluquería??? Síiiiiiiiii
Imagen del "antes"
Llevaba tanto tiempo quejándome de mi pelo, de las puntas abiertas, de la falta de volumen, el color tan horrible (que dentro de lo que cabe parecían ya mechas californianas...) que me da la sensación que el pobre me lo ha regalado para no oírme más.Y mi conclusión es que, sin duda, os tienen que regalar una sesión de peluquería! (en una buena, claro). La historia cambia completamente y en vez de pensar en el dineral que te va a costar, misteriosamente, te relajas, sonríes a esa persona que creías cruel y qué puede destrozarte la cabeza (y la vida) y te entregas completamente a sus consejos, y dejas de mirar si te están cortando mucho o poco.
Decidí hacerme mechas, cortarme el pelo a capas y un tratamiento reparador.
El resultado es.....
¿Qué os parece?
Una experiencia inigualable. ¡Gracias Papá Noel!