No deja de sorprenderme la gran desinformación que hay en cuanto a portabebés. Casi me atrevo a decir que es aún peor el conocimiento que se tiene del porteo que el que se tiene de lactancia materna, que ya es decir.
Para la gran mayoría, hablar de portabebés es hablar de mochilas colgonas como ésta que lucía Shakira hace unos pocos días. De hecho, ver a esta mujer con esta clase de mochila no ergonómica me hizo pensar hasta qué punto la información no está llegando a sus principales destinatarios, los padres, con independencia del nivel cultural o adquisitivo que tengan. ¡Algo está fallando!.
Recientemente también he asistido a cómo una (relativamente conocida) empresa que (supuestamente) selecciona artículos buenos para niños se promocionaba mediante un sorteo de una varias mochilas colgonas sin ninguna contemplación, aún a pesar de que varias personas le explicamos que se trataba de portabebés nada recomendables y apelamos a su responsabilidad.
Obviamente aquí no hablamos ya de desconocimiento sino de ánimo de lucro sin ética alguna, pero también me hace reflexionar sobre qué está pasando en torno al mundo de los portabebés y qué extrañas influencias ocultas existen para que el porteo ergonómico tenga tantas dificultades para llegar a las calles y plazas. Habrá que meditarlo.
El remate, aunque nada sorprendente, ha sido este artículo de la revista Ser Padres visto hoy mismo. Siguiendo la línea de la revista de desinformar con cada artículo que escriben, dicen que los bebés que se mantienen sentados pueden ir de cara a la marcha, al tiempo que recomiendan varios portabebés, por supuesto no ergonómicos.
Esta misma tarde una persona me ha pedido a través de Twitter algo que ya me habían comentado varias por otros medios y que yo tenía en mente desde hacía unas semanas: un artículo claro y conciso sobre qué debemos tener claro a la hora de elegir un portabebé, para no equivocarnos y acabar con una colgona que usaremos dos veces y acabará en el fondo del armario.
En el blog de Brazos y Abrazos hemos escrito (y seguiremos haciéndolo) mucho sobre estos temas, bajo la etiqueta Aprender sobre porteo, por lo que voy a intentar ceñirme a cinco puntos básicos:
- Los portabebés NO ergonómicos NO respetan la curvatura natural de la espalda de los bebés. La rigidez de su estructura les obliga a enderezar artificialmente su espalda, mientras que la forma que les recoge les hace ir colgando de sus genitales.
En esta foto podéis ver claramente dibujado lo que cualquiera que tenga un bebé sabe: su espalda tiene forma de C. De forma natural se irá enderezando, hasta que con el paso de los años pase a tener la curvatura inversa, es decir, la que tenemos los adultos a la altura de los riñones, hacia dentro, no hacia fuera. Un portabebé adecuado es aquel que se adapta punto por punto a la curvatura de la espalda del bebé y no aquél que la fuerza.
Si el portabebé que tenéis en vuestras manos es rígido, incluso si contiene piezas de plástico duro, si no se adapta a la columna de vuestro hijo, empezad a sospechar.
- Los portabebés NO ergonómicos llevan al bebé colgado, con su espalda recta y todo el peso recae sobre sus genitales, de tal manera que las piernas se tensan y quedan estiradas; ésta es una posición antinatural, incómoda y perjudicial, ya que impide el correcto desarrollo de su espalda, cadera y piernas y daña la zona genital, que no está preparada para soportar tanto peso.
Los portabebés en forma de C que son como un saco o bolsillo, tampoco se consideran ergonómicos porque la posición que adquiere el bebé en su interior no es la correcta; no es cómoda ni segura para él porque va acostado de tal manera que su barbilla está en contacto con su pecho, lo que puede dificultar su libertad de movimiento, su capacidad de respiración y llanto para pedir ayuda, lo que puede suponer un riesgo de muerte por sofocación.
- En un portabebé ergonómico la postura del bebé es totalmente natural: va erguido y pegado a su porteador, adoptando su espalda la forma de C al igual que en el útero materno y sentado de tal manera que todo el peso recae sobre su culete; sus piernas están flexionadas, las rodillas quedan a la altura de su ombligo formando una M con respecto a su culete, lo que se conoce como “posición ranita”, una posición no solo cómoda sino totalmente respetuosa con su fisionomía que además garantiza el correcto desarrollo de su espalda, cadera y piernas.
- Los bebés y niños NUNCA deben ir mirando hacia fuera. Esta posición les hace forzar aún más la espalda, no les permite reposar la cabeza y no les sostiene debidamente su columna. Mirando hacia el mundo los niños se hiperestimulan, al no poder apoyar la cabeza contra el pecho del porteador, seleccionando así el nivel de estímulo que necesitan. Además de perder la referencia visual con sus padres, un bebé pequeño, sin conciencia de permanencia del objeto, se siente sólo.
Si el portabebé que tenéis en vuestras manos se publicita con una foto de un bebé mirando hacia fuera, salid corriendo.
- En contra de la creencia popular, un niño que quiere verlo todo no tiene necesariamente que ir mirando hacia fuera. Un niño que quiere ver puedo hacerlo perfectamente por los lados cuando va pegado al pecho de sus padres. O puede ir colocado en la cadera del porteador. O puede ir a la espalda, mirando por encima del hombro. El porteo ergonómico ofrece varias posiciones aptas para niños cotillas mientras que conserva la seguridad de ambos.
Resumiendo. Sospechad del portabebé, por no ergonómico, si:
- El bebé va colgando.
- Si las piernas del bebé van rectas.
- Si visto el porteador desde atrás no se le pueden ver las piernas al niño (no se le ven porque las lleva rectas, si fuera sentado se le verían de rodilla para abajo).
- Si el cuerpo del portabebé es rígido.
- Si el bebé va holgado en el portabebé y éste no puede ajustarse correctamente.
- Si la publicidad del portabebé enseña fotos de bebés y niños mirando hacia fuera.
¿Queréis profundizar más en el tema?:
¿Qué es un portabebé ergonómico?
Diferencias entre mochila ergonómica y mochila colgona
¿Por qué no llevar al bebé de cara al mundo