No es la primera vez que hablamos de este tema, de hecho esta entrada es una revisión y actualización de otra de hace años pero no se pasa de moda porque año tras año hay familias a las que les pilla su primer invierno porteando y les surgen la misma duda: ¿cómo nos abrigamos?. Tenéis varias opciones y, como siempre, no hay una mejor que otra.
Mientras el bebé es chiquitín y lo porteéis delante os podéis apañar con el mismo abrigo que usasteis en el embarazo, por ejemplo, o como mucho tapando al bebé con una mantita y luego abrochando vuestro abrigo. No es necesario ponerle abrigo debajo ni mucho menos buzo porque el calor corporal es más que suficiente. Si no tenéis abrigo o mantita podéis recurrir a los cobertores, de los que os hablamos un poco más abajo.
El verdadero problema empieza cuando el bebé crece y ya no resulta tan cómodo portearlo delante. Si llevas a tu bebé a la espalda tienes tres opciones:
ponerte tu abrigo, encima el portabebé y al peque también lo abrigas bien. Las ventajas son, por un lado que no supone un coste extra y por otro que si el bebé es grande y quiere bajar al suelo ya tiene el abrigo puesto. Los inconvenientes, si entras en un local con calefacción tienes que bajar al bebé, quitarte el fular, mochila, etc. y quitaros los dos el abrigo (un rollo, vamos) y además el hecho de llevar tantas capas de ropa no resulta muy cómodo.
ponerte tu abrigo, pero meter al bebé en el portabebé sin abrigo y luego taparle con un cobertor. El bebé va más cómodo que con su abrigo pero si quiere bajar se queda desabrigado y para el porteador tiene los mismos inconvenientes que la opción anterior. La ventaja es que son más baratos que los abrigos y que, como no tienen tallas, se pueden compartir, lo pueden usar la mamá, el papá o incluso la abuela.
utilizar un abrigo específico para portabebés. Los hay de muchos estilos, precios y marcas pero todos se caracterizan por poder abrigar al mismo tiempo al porteador y al bebé. Además suelen venir preparados para usarlos ya en el embarazo por lo que amortizas un poco más la inversión económica. Los más sencillos son los tipo poncho, es simplemente un poncho con agujeros para las dos cabezas (en la actualidad es difícil encontrar ponchos de porteo en el mercado). Los más sofisticados son abrigos aparentemente normales pero con una cremallera oculta en la espalda y con una pieza insertable que se puede poner tanto detrás como delante. La principal ventaja es que en un sólo gesto os abrigáis los dos y si de repente hace calor te quitas el abrigo y no es necesario bajar al bebé. Un inconveniente suele ser el precio aunque como os digo los hay para todos los bolsillos. Por otro lado tampoco resultan prácticos si el bebé ya camina y, por ejemplo, quiere jugar en el parque porque se quedaría sin ropa de abrigo. Genial para ir de compras o recoger a los hermanos mayores al cole.
Lo bueno de los abrigos de porteo con una pieza extra es que sin esa pieza son abrigos normales que puedes usar una vez pasada la etapa en la que usáis portabebés así que la inversión se amortiza.
¿Y qué os apetece para este invierno? ¿Con qué opción os quedáis? En nuestra web podéis encontrar los abrigos 4 en 1 de la marca MOMAWO y los cobertores Mam, en su versión Deluxe reversible o la Deluxe 4-season. Yo ya no porteo pero sigo usando mi MOMAWO casi a diario