Tras la definitiva conquista de Cantabria por Roma, a finales del siglo I antes de Cristo, y hasta el siglo tercero de nuestra Era, la Bahía de Santander fue ocupada y utilizada por los romanos, fundando en ella un puerto al que denominaron “Portus Victoriae” o Puerto de la Victoria. Con independencia de la existencia de otros lugares de embarque en el interior de la Bahía, las investigaciones arqueológicas realizadas, han permitido localizar dicho puerto junto a la desaparecida ría de Becedo, situada en lo que hoy sería la zona comprendida entre la Plaza del Ayuntamiento y la calle de Calvo Sotelo, y su acrópolis* en la colina de Somorrostro, sobre la que actualmente se emplaza la Catedral.
Este pequeño enclave portuario, embrión de lo que hoy en día es Santander, dependía de la ciudad interior de Julióbriga, situada en las inmediaciones de la actual Reinosa, y estaba conectado con ésta y la Meseta castellana a través de una calzada que discurría paralela al río Besaya. Durante este período, el Puerto de la Victoria llegó a configurarse en un activo centro exportador de los minerales procedentes de los yacimientos de Cabárceno, Obregón y Navajeda, y un núcleo de cierta consideración en la navegación y el comercio que se efectuaba en aquella época entre los puertos la costa cantábrica.
http://www.puertosantander.es/