Revista Gente
Jason Wu. Ese es el diseñador que la reciente primera dama estadounidense ha elegido para su posado en VOGUE. Aunque no es la primera en hacerlo, sí que me ha llamado la atención la velocidad y el estilo del mismo. Parece ser que todos los modelos que viste son de su armario y que el photoshop no ha brillado por su ausencia. Francamente, en cualquier caso, no entiendo porqué esa obsesión por los acompañantes sentimentales de los verdaderos hacedores de la historia. El caso de Sarkozy o Bill Clinton es bien distinto. Ambas dos tenían una carrera pública en su haber, pero sinceramente, no me interesa mucho lo que Michele pueda aportarme en este despliegue del magazine, máxime ahora mismo, que solo sé que es la sombra de su marido. No me parece que su estilo sea digno de imitar (clasicorro intentando plagiar a Jacky) ni que sus palabras vayan a ir más allá del apoyo incondicional al presidente y poco más.
En mi interior me pregunto por qué se le da una portada en una revista así a un personaje tan poco carismático como Michelle Obama y que de momento no ha tenido tiempo de demostrar nada. Me parece bastante insultante si lo comparas con la portada que en su día tuvo Hillary Clinton y para la que tuvo que esperar y demostrar mucho más que ella. Sinceramente, creo que las cosas se demuestran piano piano, así que es muy probable que esta ascensión a los cielos en la que se ha visto envuelta Michelle (no le echo la culpa, quién le diría que no a VOGUE) le acabará castigando a modo de crítica poco constructiva por los mismos que hoy le encumbran.