Revista Opinión

Posible creación de Adán y Eva

Publicado el 03 septiembre 2019 por Carlosgu82

Hoy desperté en este lugar y está demasiado brillante, ¿Que será este lugar? ¿Un hospital o una cárcel?, hay un cuarto con paredes, una cama pequeña y un respirado, pero no veo una puerta. Piensa, me digo a mi mismo. ¿Que paso? ¿Donde me encontraba a noche?, me quedé dormido. Maldición…. no puedo pensar, no recuerdo nada. ¿Será alguna clase de experimento?, pues no lo recuerdo, ni siquiera recuerdo mi nombre.

Observa a tu alrededor estúpido, me digo. Las paredes son sólidas, estoy encerrado en esta habitación. Parece que estoy en un centro psiquiátrico. ¡Eso es! ¡Soy un desquiciado! O quizá lo era, bueno ahora estoy en paz, ¿Estaré curado ya? ¿Me podré ir?.

Me levanto, me reviso y estoy desnudo, aunque bastante limpio, como toda la habitación, todo lo que me rodea es bastante limpio y muy brillante.

¡Hola! ¿Hay alguien aquí? ¡Necesito ayuda! – grito pero no hay respuesta alguna – ¿Alguien que me ayude, por favor?. Camino al rededor tocando las paredes, ¿donde esta la puerta? me pregunto, tiene que haber una puerta tiene que haber algún. No la hay solo simples paredes. Miro debajo de la cama buscando algo, pero nada. ¿Si estoy en un psiquiátrico? Que es lo que parece ¿porque no recuerdo mi nombre?.

– Oye te levantaste ya – escucho a lado, era la vos de hombre que se oía por el respiradero. Corrí hacia allí

– Si, ¿que pasa?, ¿quién eres? – le grito con algo de entuciasmo

– ¿No recuerdas nada, cierto? – me pregunta

– No, no recuerdo nada de antes de despertarme, hace un momento

-No te preocupes, creo que te irá bien – me dice

– ¿Bien? ¿Por favor, dime que esta pasando? – le ruego y solo escucho el silencio – ¡Dime! – grito pero ya no se escucha nada por el respiradero, ya no llega ninguna respuesta. Pasan las horas.

Me dejaron con mis pensamientos, estoy intentando llegar a los rincones de mi mente, para saber al menos quien soy, pero nada, todo es ajeno a mi. Camino por todos lados, analizando cada centímetro, buscando una salida, tiene que haber alguna, es como si hubiese sido construido alrededor mío, no hay nada. Grito por ayuda hasta lastimar mi garganta. Si ese hombre sigue escuchando allí fuera no va a responderme. Cansado me acuesto. Al despertar encuentro mi comida, hay una bandeja con pan, arroz y filete, también hay un vaso con agua. Estoy hambriento así que como todo sin pensarlo y esta delicioso, cuando termino me acuerdo donde estoy.

Voy hacia el respiraderos y grito – ¡Hola!

– ¡Hola! – escucho la respuesta, de manera alegre

– ¿Quien eres? – pregunto

-¿Te gustó la comida? – me dice

– ¿Dónde estoy? ¡Dejame salir!

– Saldrás pronto – me dice – tienes que estar saludable – ¿Que soy un maldito experimento?, pero estoy bastante sano, quiero oír su respuesta, quiero saber donde estoy.

– Dejame salir ahora – grito

La voz se fue y no volvió a responder, otra vez estoy solo.

Vuelvo a mi rutina de buscar una salida y no la encuentro. Siento que debo ir al baño, pero tampoco hay, tengo mucha dignidad como para hacerlo en una esquina, no dejaré que nadie me vea.

A momentos lloro, grito y sigo llorando hasta estar muy cansado y finalmente me duermo. Estoy volando, veo arboles, ríos, todo esta muy iluminado por el sol. Siento algo raro una sensación incomoda en el estómago y la boca. Me duele un poco y despierto nuevamente en la prisión, aunque aún siento el dolor en mi estómago, lo toco y siento algo rugoso y lo observó, me doy cuenta que tengo una horrible cicatriz, la misma cosa está en mi mejilla, estoy muy asustado y enojado al mismo tiempo. Están jugando conmigo, esperan que me duerma para que experimenten conmigo. Observó las paredes una ves más y quiero salir.

– ¿Estas bien? – ese hombre de nuevo

– Me heriste maldito, ¡¿Que cosa me hiciste?! – golpeó el respiradero, lo romperse, haré mi camino a golpes hasta llegar a ese hombre y obligarlo a darme respuestas. Golpeó muchas veces pero ya me duele la mano creo que me la rompí, pero no importa aun así sigo golpeando y gritando.

– Por favor, calmate – me dice – siento haberte lastimado, lo haré todo mejor pronto, ¿te sientes solo?

No pienso responder, lo ignorarme como el hizo conmigo, al demonio con el, no le importa si respondo o no, de hecho a nadie le importo, solo soy un experimento.

– Por favor, no te preocupes las cosas mejorarán, te lo prometo – y otra vez se fue

Voy y me siento en mi pequeña cama, observó mi mano, no puedo mover mis dedos sin ese dolor punzante en mi brazo y me doy cuenta de lo jodido que estoy. ¿Que hice?, ese respiradero jamás se moverá, estoy atrapado y atascado en este lugar. El tiempo pasa y me mente divagahasta que me duermo nuevamente.

Despierto, me dejaron más comida. El hombre me habla de vez en cuando, diciendo tonterías que no entendía y que no me importaba tratar de entender. Luego me duermo, a veces sueño, aunque no siempre, aveces algunas pesadillasdonde las paredes se hinchan, hasta que no queda espacio y me aplastan y mi cuerpo colapsa; estoy muy asustado y quiero salir.

Me despierto otra vez con más dolor en mi cuerpo, tengo nuevas cicatrices, en mi pecho a lo largo de mis costillas y otra en mi cabeza. Esta son algo más grandes y duelen mucho más, pero esto no es lo inusual del día. Observó toda la habitación y no puedo creer lo que estoy viendo, es una mujer de unos 17 años al parecer, hecha da en suelo completamente desnuda, es preciosa. No se que tienen en la mente, pero no me importa. ¡Hay otra persona conmigo! qlguien a quien puedo tocar y mirar, alguien real, quizá pueda ayudarme a salir de aquí. Me levanto y camino hacia ella. Toco su hombro y empiezo a hablarle.

– Hola, despierta – me observa, esta asustada, no se por lo que a pasado, pero no comparte mi entusiasmo por estar con otro humano. Grita y se arrima al extremo de la habitación, trato de calmarla, pero es en vano.

– No voy a lastimarte – le digo lo más tranquilo que puedo – estoy atu lado, por favor calmate, confía en mi – ella se encoge en el rincón – escucha estuve aquí mucho tiempo ¿sabes algo acerca de esto? ¿Quién nos retiene aquí? – solo solloza – bueno n o tienes porque preocuparte, vamos a salir de aquí – me doy cuenta que va a tomar tiempo para volver a la realidad, me dirijo al respiradero y le doy su espacio.

– Estará bien – me dicen desde le otro lado del respiradero – solo necesita acostumbrarse

Luego de llorara algunas horas se calma. Me siento junto a ella y le hago preguntas, no me reponsde, nunca lo hace, de hecho creo que no comprende lo que le digo, pero parece que mi voz la tranquiliza, así que sigo hablando. Le cuento mis experiencias de estar aquí desde que desperté, intento repasar los detalles de mi estadía aquí, entonces me abraza y me siento bien. Su piel cálida, suave y desnudacontra mi cuerpo es diferente a cualquier cosa que haya experimentado en esta horrible habitación. Recorro mis dedos por sus cabellos y gime, nos sentamos en piso por horas, ahora veo que si me comprende, a pesar de dta terrible situación me siento algo mejor.

Los días pasan, las cicatrices van desapareciendo y no aparecen nuevas. La comida va y viene y ahora nos dieron el lujo de tener baño. Ella y yo hemos intimado mucho. Incluso hemos tenido ya relaciones algunas veces. Le gusta que le llame Eva y ella me llama Adán. Ahora estamos sentados en el piso, besándonos, ella confía en mi y yo en ella; no dejaría que nadie le haga daño.

– Eva, te amo – le digo y la beso nuevamente, me sonríe y ella también lo dice. Se que comprende el significado; puedo oirlo en su voz, mientras se prepara para dormir me prometo salir de este lugar o ella. Entonces pasa, me despierto y ya no esta. Desesperado corro al respiradero.

– ¡Que has hecho con ella! ¡Devuélvemela! – le grito

– No te preocupes – me responde esa voz – ella está bien, solo se fue a un lugar nuevo, algo en lo que estuvimos trabajando ¿quieres verlo?

Estoy asustado, confundido y molesto; no puedo luchar con el, el tiene mi voluntad, me seco las lágrimas y digo que si, de hecho se lo ruego, prometo ser bueno y hacer lo que desee, no tratare de huir, ni golpear las paredes ni nada malo.

– Por favor, déjame estar con ella – le suplico

-Pronto – me dice burlándose de mi

– Por favor – y no puedo vivir sin mi Eva, la voz se a ido y estoy solo, quiero morir pero no puedo dejarla, le dije que nunca le dejaría. Lloro y grito hasta dañarme la garganta, no me importa y sigo llorando hasta quedarme dormido. Cuando despierto, estoy en un lugar extraño ¿Será esto un sueño? veo los árboles, el pasto, un río, hasta un hermoso cielo. ¿No estoy en esa habitación, esto no puede ser cierto, pero lo es. ¿Que significa?

Corro a todas direcciones buscando a Eva. El me lo prometió y ella tiene que estar aquí, estoy comenzando a acostumbrarme con este lugar. Sigo corriendo y veo que aun estoy encerrado, unos grandes muros rodean el área con al menos 20 metros de altura, ya me preocupare de eso en cuanto la encuentre, tengo que encontrarla, este lugar es muy hermoso, solo me falta ella. A escucho gritar, grita y se emociona y corre hacia mi, nos abrazamos, nos besamos y solos tan felices, otra vez estoy con ella, Adán y Eva como debe ser. Después de tranquilizarlo vamos a recorrer el área.

Pasan unas horas, quien sea que lo haya hecho (nuestro captor), se esforzó mucho con este lugar. Hay una máquina grande que se alza más allá de los muros hasta el cielo; cuando nos acercamos nos afrece comida, todo lo que podríamos desear y está deliciosa. Nos servimos todo lo que podemos hasta estar saciados. El hombre del respiradero no nos habla aquí pero nos observa.

En uno de nuestros recorridos encontramos algo, nos alegramos y ella sonríe al notarlo – mira – me dice. Observamos, es un arbol; igual a los otros, está muy cerca al muro, está bastante alto como para trepar lo y saltar, sería una gran caída, pero valdría la pena. Encontramos la forma de escapar, pero tenemos que ser cuidadosos, le digo que tenemos que esperar y se noja un poco, pero entiende, sabe que se arruinaría si ese hombre sospecha algo. En la noche escucho la voz del hombre del respiradero, aunque igual no lo veo.

– Olvidalo – me dice – mejor disfruta de nuevo hogar

– ¿Hogar? – le digo con sarcasmo – esto es una prisión, todo l o que espere desde el principio fue la verdad, estoy aquí como rehén, por meses, años, no lo sé.

– Silencio – responde

Estoy decidido saldremos de aquí. Cuando despierto busco a Eva y no la encuentro, supongo que está en el árbol, cuando llego veo que ya está a la mitad del camino.

– Espera – le grito. Me sonríe y estoy dispuesto a seguirle, aunque estoy asustado, pero np puedo darme ese lujo, tengo que darles cara a esos desgraciados subo lo mas rápido que puedo.

Subimos juntos hasta la cima del árbol, ella alcanza la cima y se apoya en el muro. Observó su rostro y veo su emoción, hemos ganado y lo sabe, lo comprende, todo lo que hay del otro lado es nuestra libertad. Me sonríe y veo una curiosidad en sus ojos. No espera más me besa y sube al muro. ¡Waooo! La escucho llegar abajo con una fuerte caída, grita y escucho el sonido del golpe de su cuerpo contra el suelo. Espero que n ok le haya pasado nada, que este bien, sin pensarlo subo al muro y salto.

La caída es más fuerte de lo que pensé y sie to un dolor que nunca sentí, ni con las cicatrices, aunque al parecer no me rompí nada. Ella lloray se sobala pierdan, aunque parece que está bien, la veo diferente, su piel algo más áspera y está sucia por la caída al igual que yo. Me pongo de pie y reviso donde estamos. Observó la pared que logramos escalar y estoy orgulloso. Escuchamos algo, cerca de ahí, nos volvemos y vemos otro edificio, uno más grande y parecido a un platillo con una puerta que acaba de abrirse.

Caminamos con cuidado hasta allí, mis piernas aún me duelen. Ya cerca, el edificio hace un fuerte sonido que nos detiene al instante. Fuera de la puerta caminan personas que nunca hemos visto, aunque no son como nosotros, son más altos y delgados, su piel es algo gris, es el mismo tono que sus prendas raras, habrán como 15 de ellos. Uno se los acerca, nos mira con gran intensidad y solo podemos devolverle la mirada, cuando el logra hablar me golpea, este es el hombre del respiradero, el que me enjaulo y me atormento todk este tiempo.

– ¿Que es lo que han hecho? – nos dice. Sus grandes ojos revelan que esta triste y molesto – arruinaron todo lo que hicimos por ustedes.

– Jodete – le digo – no seremos sus esclavos. Su mirada se congela, voltea hacia sus compañeros del edificio, suspira y vuelve a mirarnos.

– Sabíamos qué ocurriría, sólo era cuestión de tiempo. Ahora harán las cosas por su cuenta, me temo, será la única forma en que aprenderán.

No estoy seguro de a qué se refiere y tampoco me importa. Solo lo observa y abrazo a mi amada. Regresa al edificio, se cierran las puertas y aquel edificio se desplaza en el aire, en medio de un gran destelloby toda nuestra prisión, las paredes, todo desaparece sin dejar rastros, junto con el edificio volador y finalmente nos quedamos solos.

Paseamos por el área, buscando respuestas y comienzo a estar intranquilo, tengo hambre y recuerdo por primera vez que no tengo comida, ya no hay dispensador, ni maquina, ni la bandeja de comida.

Estos últimos años han sido muy diferentes, estamos perdidos desde que se fueron; aunque odio admitirlo quiero volver con ellos y se que ella también, quiero oír su voz y tener mi comida, allí me tenían limpio y se encargaban de mi. Ahora todo lo que comemos es asqueroso, la forma en que vivimos es horrible, nos ensucia os y lastimamos, ya no somos limpiados, ni curados comos antes, ahora despertamos como nos fuimos a dormir.

Solo nos dimos cuenta de que los necesitábamos en cuanto se fueron. Hace frío aquí afuera, matamos animales de por aquí para usar sus pieles como abrigo. Todo es horrible nos sentimos mal, estúpidos y sin esperanza; odiamos en lo que nos convertimos. Algunas veces tratamos de recordar su voz e intento hablar con él y esperar y seguir esperando una repuesta por su parte, pero no la hay, quienes hayan sido se fueron para siempre, ahora sólo somos Eva y yo.

Trabajamos mucho para construir un buen refugio para nuestra familia. Eva está embarazada, tendremos nuestros primer hijo, será difícil, pero podremos hacerlo. Ya en la noche ella se acuesta y la acarició el cabello y tomó las manos.

– ¿A dónde se habrán ido Adán? ¿Crees que vuelvan por nosotros? – procuro ser valiente por ella y le contestó – No lo sé, quizá regresen. Ellos nos aman, se que lo hacen aún.

Le beso el cabello como siempre hice, y espero haber dicho solo la verdad.


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