Lo más inquietante de esa deforestación de los derechos fundamentales de las personas, es que si el pesimismo se instala en las casas, se crean niños desmoralizados que el día de mañana no serán capaces de luchar por sus derechos, o de defender sus ideas ante una sociedad cada vez más desigual y más violenta.
Naturalmente, resulta más edificante hablar de lo positivo y olvidarse de lo negativo, pero ¿cómo hacerlo cuando el martillo de la desdicha golpea cada vez con más fuerza? Si lo mejor en un momento de desánimo es sacar lo positivo de lo negativo, se debería encontrar la manera de hacerlo porque, de lo contrario, las personas se vuelven caldo de cultivo de la depresión, del deterioro de los lazos familiares, y pierde la capacidad para razonar con objetividad, pasando a ser conductores de negatividad que no llevan a ninguna parte.
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Mira a los políticos. Ciertamente existe una realidad política nada edificante, que alienta poco al optimismo, donde todo parece cimentarse en la falta de honradez. Pero ¿es esa la esencia de la política? No.
No me han cogido. Un comentario cada vez más insistente cuando se habla con personas que están en busca activa de empleo. Tienen razón para quejarse, muchos se someten a cursos no remunerados de formación de una, dos y hasta cinco semanas, pero el último día la empresa les comunica que no tienen el perfil que buscaban. ¿No podían haberles dicho antes? ¿No podían haberles evitado gastar en desplazamiento, comida, horas de su tiempo? Sí podían. Pero, después de cinco semanas, están otra vez como al principio, en busca activa de empleo.
Yo merecía ese puesto. Otro de los comentarios habituales cuando se está en contacto con profesionales desplazados por la crisis. Una vez más parece que la evidencia otorga la razón, porque el puesto de trabajo vacante pasa a ser ocupado por mediocres, bastante peor formados que el candidato en cuestión, pero éste se queda fuera por razones que sólo las empresas o sus responsables de recursos humanos lo saben. ¿Es posible sacar lo positivo de todo esto? Seguramente sí, pero admitámoslo, es muy complicado ser optimista hoy en día.
En cualquier sector profesional o en el ámbito personal el estado de ánimo lo decide de principio a fin, lo cual obliga a las personas a renunciar a casi todo, olvidarse de todo y pensar en uno mismo, soñar de forma optimista, porque de lo contrario, la tendencia es ir a peor.
imagen: morguefile.com Si te ha gustado este artículo, compártelo. Gracias.
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