Si una persona anciana les habla en el transporte público, siganle el habla. No la ignoren. Es una persona. No te va hacer nada. Solo quiere hablarte sobre sus tiempos, lanzarte chistes sin sentido y comentarte sobre el clima. A mi me habló y yo le seguí el habla. No le entendí mucho, pero ahí me di cuenta: tengo una cara de inofensivo. Las ancianas no me temen.