Post-it! #038

La Pregunta:

¿Cuál es el libro infantil o juvenil que más al alma te ha llegado?

Si sois seguidores habituales del blog ya sabéis que no se me pueden hacer este tipo de preguntas xD
O bueno, si se pueden, pero os arriesgáis a que os de más de un ejemplo.
En este caso estáis de suerte y he podido reducir la lista a sólo dos libros. ¡Todo un logro por mi parte!
El primero es El forastero misterioso de Mark Twain. Me lo regalaron unas navidades y tendría… no sé sobre 10 ó 12 años. Recuerdo que me encantó y también que tenía un prólogo explicando la obra y algo acerca de la sátira que leí algo después de las primeras lecturas por que a mi lo que me interesaba era la historia y no el estudio de ella.
La historia trata acerca de tres amigos que viven en una apacible aldea de Alemania en la que nunca ocurre nada. Hasta que un ángel llamado Satanás se les aparece y tienen que guardar el secreto, mientras que él les hace partícipes de su magia y sus historias.
Es una historia llena de magia, satírica y filosófica como no he encontrado otra. La clase de historia que se te mete en el corazón y no te abandona nunca.
El segundo es -cómo no- La historia interminable de Michael Ende. No creo que haya nadie que no conozca el argumento, ya que si bien el libro es muy conocido, la película también y seguro que como poco sonar, os suena.
Este libro tardó en llegar a mis manos, sí, lo leí de prestado y durante años y años estuve intentando conseguirlo, hasta que al fin, pude tenerlo en mis estanterías. (Aunque para aquella ya había dejado atrás la adolescencia.)
Qué decir de este libro que no se haya dicho ya. Nada. Es uno de esos libros mágicos, que te dan ganas de volver a él una y otra vez y no salir nunca de sus páginas.
Creo que fue el primer libro que me hizo llorar y también el que más he tardado en conseguir. Por que es un libro que QUERÍA, que DESEABA poseer como no lo he sentido con ningún otro.
*****


La cita:

Fue desconcertante. Estas criaturas. Estaban cargadas y deshilachadas en su deseo. Una serpiente nunca se envenenaría a sí misma, pero esta gente hizo un arte de ello.

El árbol del relámpago  (Patrick Rothfuss)