Ibiza es preciosa; si habeís seguido los primeros post de este blog ya sabeis que sentimos predilección por la Isla y que nos encanta escaparnos siempre que podemos para disfrutar de sus calas, de sus atardeceres y de la tranquilidad que se respira en los meses fuera de temporada. Este año, el tiempo está un poco loco, así que hemos aprovechado que ayer estaba el día nublado para hacer una ruta por los pueblos blanquisimos y serenos del interior ¿nos acompañais?
Salimos temprano de casa, en Cala Vedella, situada en el municipio de San José, para dirigirnos por la serpenteante carretera que nos lleva hacia San Antonio.
Obviamos el pueblo, masificado y turístico a más no poder, y tomamos el desvío a San Rafel, la primera parada de nuestra ruta. San Rafael es conocido por ser el centro del comercio de la alfareria de la isla, así que la parada es obligada para admirar los talleres y comprar algún detallito.
Dejamos atrás San Rafael, pasamos el Hipódrono de Ibiza y un poco más adelante nos encontramos la carretera que nos lleva a nuestro siguiente pueblo: Santa Gertrudis. En nuestra opinión uno de los pueblos mas bonitos del interior: pequeño, blanquísimo, con una plaza sombreada al abrigo de grandes árboles, animado con algunas tiendas de artesanía, de cuero, de ropa y complementos y restaurantes con terrazas muy agradables para las noches de verano.
La Iglesia de Santa Gertrudis preside la Plaza del Pueblo.
El Bar Costa es famoso por su enormes bocadillos de jamón, queso y embutidos de la Isla.
Santa Gertrudis solo está a 12 kms. de Eivissa, y es mejor punto de partida para cualquier ruta por el interior, esteis donde esteis alojados.
Despues de tomarnos un cafetito en Santa Gertrudis salimos hacia San Miguel. Nuestro objetivo es visitar su preciosa Iglesia-fortaleza construida en lo más alto de la colina en la que está asentado el pueblo.
En época de saqueos piratas los lugareños se parapetaban dentro de los recios muros de este templo, que en la actualidad son testigos mudos de las bodas de muchisimos famosos.
En el pueblo de San Miguel se celebra todos los jueves por la tarde un mercado de artesanía y productos locales y exhibiciones de bailes tradicionales en el patio de la iglesia.
A partir de San Miguel las carreteras que nos llevan a los pueblos de San Mateu (uno de los mas diminutos de la Isla) y Santa Agnes, son auténticamente campestres e impactantes.
Las suaves colinas se organizan en terrazas cuajadas de limoneros, olivos, almendros, naranjales, delimitados por infinidad de muros construidos en piedra roja seca.....Estamos ante la Ibiza desconocida, la Ibiza que ofrece mucho mas que calas, fiesta y discotecas, la Ibiza tranquila y bonita, de tierras rojizas y fértiles.
Todos los pueblos que vamos recorriendo, San Mateu, San Lorenzo, San Joan de Labritja, San Miguel de Balasanc, se parecen en su inmaculada blancura, todos duermen la siesta a la sombra de las frondosas parras y todos tienen esas iglesias ibicencas tan bellas, tan sencillas con esas tres cruces oscuras en sus paredes encaladas.
Iglesia de San Mateu
Desde Santa Agnes una red de senderos te conducen, entre olivos, viñas y huertas hasta Cap Nunó, Cap Negret o la Cala d´n Sardine.
Nosotros continuamos por carretera hacia la costa, queremos hacer un pic-nic en Cala Salada...para entonces ya ha salido el sol y el descenso hasta la playa es realmente bonito.
Las aguas de Cala Salada son transparentes, ideales para el snorkel o el buceo. Si en los próximos dias sale el sol, seguro que disfrutaremos de alguna mañana de playa.
Espero que hayais disfrutado de esta aproximación a la Ibiza rural, quizás la menos conocida, donde todavía quedan pueblos payeses con tradiciones y forma de vida marcadamente mediterráneas.
Os contaremos mas cosas de esta Isla bonita..............