Revista Opinión
Estuve viendo Europa, de Lars Von Trier. Me voy preparando, por si al final ese comando cinéfilo de altos vuelos que formamos Oskarnello y yo nos animamos a ver alguna de las Nimphomaniac. Una película onírica, en la que a veces tiene uno la sensación de estar leyendo la magnífica obra de Sebald, aquella que relataba la historia natural de la destrucción. Quizá sea la mejor forma de acercarnos a aquel mundo destruido por las bombas que intentaba emerger a partir de 1945 y que los europeos quisimos olvidar de inmediato. Y sin embargo...Ahora entendemos que la deslegitimación de los derrotados no tuvo matiz alguno, quizá por la brutalidad del Holocausto. Nadie llamó fuerzas de ocupación a los vencedores, nadie llamó resistencia o activistas a los pocos nazis que quisieron seguir adelante con la werwolf. Y sin embargo... Había miles de alemanes que perdieron la guerra. Que quizá no era nazis pero que desde luego tampoco se oponían a un régimen aterrador y criminal. Gentes que tuvieron que empezar de nuevo. Adaptándose a un mundo que ya no era el suyo...Un película que transcurre entre sueños. Una película que se desarrolla en varios idiomas.Buen cine, en resumen.