Ironías de la vida... Sabemos como hacer bien las cosas, pero la probabilidad de hacerlo es mayor cuando algún compañero puede vernos o está cerca. Hay muchos ejemplos en el día a día, pero nos quedamos con un clásico: el lavado de manos en el ámbito hospitalario.
El estudio (accesible a texto completo de forma gratuita) "Do Peer Effects Improve Hand Hygiene Adherence among Healthcare Workers?") se publica en el número de octubre de la revista Infection Control and Hospital Epidemiology, y lo firma un grupo de investigadores de la Universidad de Iowa que realizó un seguimiento durante 10 días en una unidad de cuidados intensivos. Hubo un 20'85% de adherencia al lavado cuando el trabajador está solo, y un 27'90% cuando está acompañado.
Una forma muy interesante de observar un efecto social en los comportamientos de cada profesional. Pero, ¿por qué seguimos con unas tasas tan bajas de lavado de manos si su efectividad está más que demostrada?