Potala, el palacio de los dioses tibetanos
Durante trece siglos, el poder político y religioso del Tíbet estuvo en un único lugar en lo alto del monte Rojo. El Palacio de Potala se eleva como una fortaleza sobre la ciudad de Lhasa.
El último Dalai Lama que vivir en este palacio de Potala lo abandonó en 1959 debido a la inminente invasión China. Pero esto no ha hecho que se pierda el encanto del Palacio de Potala, sino todo lo contrario, sigue siendo un símbolo sagrado para miles de budistas. Los occidentales aun tuvimos que esperar para que se nos permitiera la entrada al templo, la cuál estuvo vetada hasta hace pocas décadas. En 1994 el Palacio de Potala fue declarado Patrimonio de la Humanidad.Lo que más llama la atención del Palacio de Potala, a parte del edificio en si, es su localización. Situado a 3.767 metros de altitud y parece escarpado en la misma roca, parece como si el palacio velara por todas las almas del mundo. Pero aunque su emplazamiento es espectacular, su interior tampoco se queda atrás, con 13 pisos y más de mil salas dan para mucha historia. Pero, los curiosos que se adentran en el edificio sólo pueden ver 20 salas concentradas en una hora, que es lo que dura la visita. Por eso, debemos condensar la visita lo máximo posible, por ello os regalamos algunos consejos sobre lo que más destaca de este magnífico palacio de Potala:
1- Estupas funerarias:
Revestidas de joyas y oro, contienen los restos de todos los Dalai Lamas. Destaca sobre las demás la del quinto, con más de 3000 kilos de oro y 15 metros de altura.
2- Salón occidental:
Es la estancia más grande del Palacio de Potala y por ello nos deja sin palabras. 725 metros cuadrados cubiertos de murales es digno de ver. Además en dicha sal hay el tono del sexto dalai lama.
3- Palacio Blanco:
El gran palacio de Potala está dividido en pequeños palacios y este era el reservado para el Dalai Lama. Como curiosidad, el color del edificio es blanco para aludir a la paz y al silencio
4- Tejados:
Es verdad que no es una sala en particular, pero por todos los tejados vamos encontrando maravillas esculpidas. En muchos rincones de los tejado del palacio encontramos leones, animales celestiales que cuya misión es proteger las entradas y los tejados del Palacio de los malos espíritus.
5- La entrada principal:
Mientras vamos ascendiendo por la empinada y larga rampa podemos ver como se acerca el palacio y la impotencia del mismo.
6- Palacio Rojo:
El Potrang Karpo era el lugar destinado a las plegarias y estudios religiosos, el edificio destaca por su color ya que la mayoría de sus palacetes destaca el blanco y el dorado.
7- Las pinturas de la Entrada Oriental:
Otro de los puntos más fascinantes del Palacio de Potal son las imágenes de los cuatro Reyes Celestiales que decoran la entrada al palacio, dichos reyes son los guardianes del budismo.
La verdad es que la visita sabe a poco, porque con lo grande que es el edificio podrías quedarte horas contemplando sus paredes, murales, libros sagrados e incluso el silencio que se respira en sus salas. Con el silencio y la altitud del mismo la verdad es que es un viaje espiritual que todos deberíamos poder visitar alguna vez en nuestra vida.