Según los estudios realizados por Gallup, sólo el 20 % de los trabajadores de grandes empresas encuestados tienen la sensación de que movilizan sus puntos fuertes todos los días. Así, ocho de cada diez trabajadores encuestados considera que su función no es del todo acertada.
En Empresas que sobresalen, Jim Collins comenta la importancia que tiene en las empresas que prosperan el tener “a las personas adecuadas subidas al autobús” y también el tener “a las personas adecuadas sentadas en los asientos adecuados”. En tanto que líder, quieres tener a personas capaces en la organización, pero también quieres crear el vínculo adecuado entre las capacidades específicas de una persona y el trabajo que le estás pidiendo que haga.
A nivel individual, el problema radica en que muchas personas no están por la labor de la mejora continuada. De manera que están trabajando en una empresa , tal vez lleven diez o quince años, pero en realidad sólo tienen un año de experiencia repetido quince veces.
CÓMO POTENCIAR LAS CAPACIDADES
Al trabajar con clientes, se me han ocurrido algunas ideas para mejorar la credibilidad potenciando las capacidades, pero los tres aceleradores que mejor resultado dan son los siguientes:
I) Aproveche sus puntos fuertes (y su determinación).
La idea consiste, sencillamente, en identificar sus puntos fuertes (ya sean Talentos, Actitudes, destRezas, conocimiEnto o plAnteamiento) para centrarse después en implicarse, desarrollar y sacar el máximo partido a lo que le distingue.
Peter Drucker insta a los líderes a “alimentar a las oportunidades y privar de alimento a los problemas”. En la misma línea, yo sostengo que necesitamos “alimentar a los puntos fuertes y privar de alimento a las debilidades”. Esto no implica ignorar las debilidades, sino más bien lograr que resulten irrelevantes trabajando eficazmente con otras personas para compensar nuestras debilidades con sus puntos fuertes y para que ellos compensen sus debilidades con nuestros puntos fuertes. Eso sería asegurarse que todo el mundo está sentado en el asiento adecuado del autobús.
Para dar un ejemplo del mundo de los negocios, una vez tuve un comercial que era el “Michael Jordan” de los vendedores. Era fantástico: extraordinario con las ventas y magnífico con los clientes. Era, realmente, de primera clase. Pero ese hombre no quería ser comercial; quería ser director general. Al final, me convenció para que le dejara probar, a pesar de que ya había probado lo mismo en dos empresas anteriores y había fracasado. Era mediocre en el mejor de los casos, como Michael Jordan jugando al béisbol, y le ofrecí volver al área comercial, pero no quiso. Ese hombre se convirtió en un ejemplo muy elocuente para mí de la pérdida personal y corporativa que se produce cuando la gente no aprovecha sus puntos fuertes.
II) No pierda relevancia, y
III) Sepa dónde va.
“El Factor Confianza”, escrito por Stephen Covey Jr.
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