Una de las grandes ventajas de Android es que puedes modificar un dispositivo como quieras. ¿No te gusta el aspecto del software? Descarga un launcher y otros temas. ¿No te gusta alguna de las apps incluidas? Cámbiala por otra de Google Play y haz que sea la predeterminada. Lo único que no puedes cambiar es el hardware, o ¿sí que puedes? No es probable que un día podamos abrir nuestro móvil o tablet y cambiarle el procesador, pero un dispositivo Android rooteado puede modificarse para garantizar que se está sacando todo el potencial a su hardware. Con unas pocas modificaciones y algunos pasos más avanzados, puedes potenciar tú móvil llevándolo a su límite. La forma de mejorar la velocidad de un teléfono es hacer ajustes en la velocidad de su hardware. Esto no tiene por qué ser complicado.
Algo tan sencillo como colocar una tarjeta SD más rápida puede suponer beneficios tangibles, especialmente si haces mucho uso de la grabación de vídeo. La tarjeta SD suele ser un cuello de botella al capturar vídeo HD, donde hay que guardar muchos datos lo más rápido posible. Una tarjeta lenta puede producir una pérdida de frames, resultando en una reproducción con saltos. Los beneficios de una mayor velocidad también pueden conseguirse con cualquier tarjeta y unas modificaciones. Si tienes tu móvil rooteado puedes instalar una utilidad llamada SD-Booster (gratuita) y configurarla para aumentar el caché de lectura para la tarjeta. Funciona en tarjetas internas y externas y puedes medir el efecto de los cambios que realices con la app SD Tools de Google Play. En nuestras pruebas pudimos conseguir una mejora de hasta un 20 por ciento en algunos casos. Pero las mejoras en la SD son pequeñas comparadas con los cambios en la CPU.
Si tienes un kernel compatible es probable que tengas que flashear uno nuevo) puedes hacer overclocking del procesador. Esto agiliza la velocidad de ejecución del procesador, aunque hay que hacer algunas concesiones en materia de duración de la batería y estabilidad. Para mayor seguridad puedes mirar el gestor o gobernador usado para administrar la velocidad de tu CPU. Los gobernadores determinan lo rápido que el procesador alcanza la velocidad máxima y vuelve a su velocidad normal. Cada kernel soporta diferentes gobernadores, cada uno con sus propios efectos. Entre ellos tenemos a OnDemand, que sube y baja rápidamente la velocidad de la CPU, lo que supone un efecto negativo en la vida de la batería pero una mejora en la suavidad de ejecución, y Powers-ave, que bloquea el procesador a la máxima velocidad, siguiendo la teoría de que cuanto más rápido se completa, una tarea más rápido pasará el teléfono a modo inactivo, donde utiliza muy poca energía. Hacer overclocking directamente sólo afecta a la velocidad real del procesador, mientras que los gobernadores se encargan de la velocidad percibida del teléfono. Pese a que los cambios pueden mostrar mejoras en el rendimiento, lo que nos interesa a la mayoría, es la velocidad percibida.
Actualizar el SO a Jelly Bean proporciona un aumento de velocidad percibida, ya que mediante ‘Project Butter’, modifica las animaciones al pasar entre pantallas con transiciones a 6o frames por segundo, lo que elimina la sensación de retraso. Lo mismo se aplica al cambio del software de tu dispositivo. Un nuevo launcher como Nova o Apex, parece más rápido que TouchWiz o HTC Sense, y unas apps parecen tener más respuesta que otras.
Un ejemplo es el navegador Google Chrome, aunque esté muy difundido puede ser muy lento en algunos dispositivos y consumir mucha memoria. Dolphin Browser y Firefox son rápidos, igual que el navegador Android predeterminado incluido en muchos teléfonos, y si falta puedes encontrar el apk original en la web de xda-developers.com o extraerlo de una ROM descargada. Descomprime la ROM y encuentra el archivo en la carpeta \system\app.
También puedes eliminar el bloatware de tu móvil.
Los fabricantes instalan apps y servicios que aún siendo completamente benignos, resultan un incordio sí no los utilizas. A veces se ejecutan en segundo plano, usando pocos recursos pero “usándolos” en cualquier caso. Con un dispositivo rooteado puedes usar Titaníum Backup para congelar las apps no deseadas. Asegúrate de que haces primero un backup Nandroid para no tener problemas.
Para terminar está la cuestión de ahorrar recursos para otras apps. Android posee una multitarea excelente asi que no hay necesidad de cerrar apps manualmente, aunque puedes liberar memoria tomando el control de qué apps se ejecutan al iniciar el móvil. Startup Manager es una de las pocas apps de gestión de inicio que funcionan bien en este aspecto. La mayoría de técnicas explicadas son sencillas, no tienen riesgo y pueden deshacerse si no estás convencido. Lo mejor es experimentar con lo que puedes hacer y encontrar la combinación ideal para ti. No te asustes por llevar tu móvil a su límite.
Cómo hacer overclocking
El overclocking aumenta la velocidad de reloj de tu procesador, logrando un aumento instantáneo de la velocidad y rendimiento. Necesitas un dispositivo rooteado y un kernel compatible (la mayoría de kernels stock no son compatibles). Cuidado al ajustar la velocidad porque puede reducirse la vida de la batería y provocar un calentamiento.
- Abre Google Play y busca ‘SetCPU*. Compra la app y ábrela. El móvil tiene que estar rooteado, así que concede permisos Superuser cuando se pregunte. La app detectará automáticamente los ajustes ideales para el kernel.
- Puedes ajustar manualmente el límite superior e inferior para la velocidad de tu CPU con los controles. Para aumentar, desliza la escala ‘Max’ a la derecha. Si quieres ahorrar batería desplázalo a la izquierda.
- SetCPU también posee ajustes automáticos. Smartass es el predeterminado y el mejor para un uso normal. Performance significa que la CPU procesará a la máxima velocidad y Powersave lo contrario, a la mínima.
Resultados de la prueba
Probamos los efectos del overclocking para ver las diferencias de rendimiento. Con un Galaxy S III de cuatro núcleos a una frecuencia de reloj de 1,3GHz predeterminada, lo rebajamos primero a 800MHz y probamos el rendimiento con e software Quadrant Benchmark. Era bastante más lento. En el uso real la ROM de Jelly Bean se ejecutaba más suave, pero todo iba arrastrándose. Con el kernel Siyah hicimos overclocking a 1,6GHz y los resultados subieron como la espuma. Hay que decir que un uso prolongado en este estado podría dañarlo, sobre todo si lo ajustas demasiado alto. Configurándolo a 1,7GHz el dispositivo se volvía inestable. Lo mejor es usarlo con moderación, y si tienes una tarea que necesite velocidad puede merecer la pena usarlo de forma temporal, pero vuelve después a los ajustes predeterminados.
- Underclock
Primero redujimos la velocidad de reloj del procesador a 1GHz. Aunque esto puede prolongar la duración de la batería, muchas tareas necesitan más tiempo para completarse, lo que obliga al procesador a estar activo más tiempo.
- Ajustes predeterminados
Para tener datos comparativos usamos el kernel Siyah con los ajustes de frecuencia recomendados a 1.4GHz. Conseguimos lo que ofrece Samsung, una combinación de rapidez, suavidad, rendimiento y duración de la batería. Perfecto para el uso diario.
- Overclock
Para terminar hicimos overclocking del S III. El máximo de 1,8GHz resultó muy inestable, así que probamos 1,7GHz. Su efecto en la batería es muy negativo, así que ten cautela. Con esta velocidad, el dispositivo también empezó a calentarse.