Venecia. Ciudad glamorosa, alegre y colorida; icono del romanticismo, el lujo y los paseos en góndola, esconde en sus azules aguas un lado oscuro en donde el dolor, la perversión, la desesperación, la ignorancia y la muerte han corroído la tierra hasta convertirla en una putrefacta ventana hacia el otro lado… una ventana que muestra el horror humano como pocas. En la Laguna de Venecia, muy cerca de la costa de Lido se encuentra una pequeña isla llamada Poveglia. Esta, dividida por un canal se encuentra deshabitada, aunque eso no signifique absolutamente vacía.
La primer referencia histórica data del año 421 DC cuando las personas de Padua y Este se refugiaron en allí, huyendo de las invasiones bárbaras. Su población comenzó a crecer a partir del siglo noveno, convirtiéndola en un pequeño estado. Luego, en 1379, bajo el ataque de la flota genovesa, sus pobladores fueron trasladados a Giudecca, y el gobierno Veneciano construyo una fortificación llamada “el octágono” –el cual existe hasta el presente-.El siglo XIV –con aparición de la “peste negra” en Europa- marco un antes y un después en Venecia y –especialmente- en Poveglia. Venecia fue completamente devastada ya que las condiciones geográficas, sanitarias y edilicias hicieron estragos en la población. Con la enfermedad fuera de control, la imposibilidad de enterrar a los muertos –siendo apilados en las calles-, y los focos de infección que estos generaban, las autoridades resolvieron enviar los cadáveres a Poveglia para ser arrojados en gigantescas fosas comunes e incinerados. La medida no surtió efecto ya que la enfermedad continuo su espiral ascendente. Fue así como se tomo una macabra resolución que suponía menguaría el contagio: todos los moribundos y enfermos serian trasladados a la isla. Un tiempo después, también aquellos que mostraban algún síntoma de la enfermedad, se unieron a la espantosa lista de humanos que debían ser erradicados.
Los "Dottore della Peste" –doctores de la peste- encargados del traslado de las personas a la isla, se protegían con mascaras que contenían hierbas aromáticas que hacían las veces de filtro… mascaras que se asemejaban a la cabeza de un pájaro y las cuales aun hoy, se ven en los carnavales. Todo aquel que llegaba a la isla era arrojado a la fosa e incinerado, sin importar si estaba vivo o muerto. Esto ocasionó que la arena y los restos carbonizados crearan una capa de ceniza pegajosa… la cual –hoy en día- pareciera ser muy buena para el cultivo de vides.
Locura Sobre Mas Locura
Oscura, putrea, maldita y plagada de historias de extraños sucesos, la isla permaneció deshabitada hasta 1922, cuando se decidió construir, sobre el horror y locura sepultados en su matriz, un psiquiátrico y un campanario. Por supuesto, ambas edificaciones están en pie hoy en día y se las puede ver desde la costa de Lido.
Al poco tiempo de inaugurado, la atmósfera viciada de maldad y la condición de los pacientes, mostró los primeros signos de una realidad mas allá de todo raciocinio. Ellos, en su estado de percepción alterada aducían ver espectros de antaño y actividad paranormal, pero –como era de esperar- los médicos y el personal ignoraron sus palabras. La situación no tardo en empeorar ya que el director de la institución comenzó a llevar a cabo los experimentos psiquiátricos –ya de moda en esa época- en los cuales se sometía a los pacientes a las mas horrendas vejaciones, torturas y procedimientos quirúrgicos en pos de la búsqueda de una cura a sus enfermedades.
Como resultado de años de abuso e insania en nombre de la ciencia –y quizás algo de la historia de la isla también-, el director comenzó a experimentar alucinaciones. En ellas veía a las victimas de su trabajo –ya que la mayoría de los experimentos culminaban en la muerte del paciente luego de horas de inhumana agonía- y a los espectros del siniestro pasado de la isla. La historia cuenta que según una enfermera que se encontraba allí, vio al director saltar del campanario, al no poder soportar mas el acoso de tanta muerte.
Tras la muerte del doctor, el psiquiátrico fue cerrado y la isla abandonada completamente hasta que en 1960, el gobierno decidió venderla… quizás en un vano intento de dejar atrás la terrible historia que su suelo, edificios y aguas albergan.
Quisiera remarcar un detalle que le agrega una pizca de confusión a la historia, pero que no la afecta en absoluto. Existen versiones en las cuales se habla de que la isla fue comprada varias veces a lo largo del tiempo pero nadie soporto vivir allí. Otras, que la adquirió una familia –que construyo una casa- pero que luego de pasar un día en la propiedad, fueron testigos de un horrible suceso y se marcharon… suceso en si, que jamás fue revelado pero que dejo una herida en el rostro de una de las hijas y que allí solo plantaron viñedos. Otra versión dice el horroroso evento sucedió pero la isla no la compraron. Ya sea que, una u otra versión haya sucedido, su oscura y diabólica historia es real y pareciera ser que este año Poveglia ha sido puesta a remate.