Si hay algo que diferencian a los dos principales y únicos partidos con mayoría para gobernar, es que los integrantes del PP en altas esferas generalmente son gente preparada, con buenas carreras académicas y oposiciones duras. En cambio los dirigentes del PSOE, sobre todo la nueva hornada zapateril, son unos indigentes intelectuales, que a duras penas han acabado carreras mediocres o ni siquiera han las han acabado.
Con lo cual, sobre el papel uno elegiría a los políticos del PP, ya que no necesitan de la política para vivir, si no que son lo que clásicamente se ha entendido como servidores públicos. Pero aquí hay una pequeña falacia. Los dirigentes populares no dejan de ser funcionarios o trabajos que se acceden mediante oposición con sueldos asegurados gracias al Estado, con lo cual, ¿cómo van a reducir dicho Estado personas que viven de él? En general han vivido de un esfuerzo inicial y listo, no conocen la constante exigencia del sector público, ni la incertidumbre, ni la competencia.
El sector público llega a niveles de endogamia desorbitados, porque encima sólo ellos normalmente tienen el tiempo, los medios y los cotactos para dedicarse a la política de altos vuelos. También se puede comprobar en la medidas que están llevando a cabo que son simplemente recortes, no reformas estructurales, porque no quieren cambiar el modelo, no quieren reducir el Estado, no creen en lo que están haciendo, no tienen principios e ideas claros.
Resumiendo, aunque el PP tiene a políticos que conocen bien el Estado, no utilizan ese conocimiento para reducirlo paulatinamente y sin marcha atrás, más bien lo que intentan es adelgazar lo mínimo para no morir de sobrepeso pero seguir engullendo ingentes cantidades de riqueza producida de la única forma ética, el mercado, los contratos y los intercambios voluntarios.
PD: Si alguien del PP no cumple las condiciones anteriormente expuestas que no se sienta aludido, seguro que no será un ministro o miembro de la ejecutiva nacional del mismo.