España hoy vuelve a las urnas para intentar formar gobierno tras las infructuosas elecciones de diciembre de 2015. En una época en que la misma campaña electoral se desarrolla en las redes sociales, los comicios siguen internos en una estructura arcaica y costosa. Toneladas de papel para sobres y papeletas que serán enviados redundantemente a los domicilios del electorado y a los propios colegios electorales. Montañas de papel para listados impresos multiplicados que tendrán un uso efímero.
Sin duda, en un momento en que se habla alegremente de administración electrónica y de política electrónica todo este proceso podría realizarse de manera más eficaz y más económicas si la administración realmente confiara en esa dimensión electrónica de la que tanto le gusta hablar. El voto electrónico desde casa, de manera paralela a sistemas de voto electrónico en los colegios electorales para aquellos personas que aún no se sientan a gusto en los entornos digitales, sería una vía rápida para efectuar conteos a tiempo real y preciso evitando las disputas interesadas entre delegados, representantes y apoderados. Todo ventajas, ningún inconveniente: menor impacto ecológico, ahorro en papelería, rapidez y eficacia en el conteo... ¿habrá que esperar al futuro para que el presente entre en los comicios electorales?
alfonsovazquez.com ciberantropólogo