Revista Cultura y Ocio

Preguntas que debes hacerte sobre el primer libro de los Reyes (III)

Publicado el 23 julio 2018 por Carmoran @ensayistica

Preguntas que debes hacerte sobre el primer libro de los Reyes (III)

En la última parte nos habíamos quedado con el concepto de la Biblia entendida como un juego de guerra, por lo menos en lo que refiere al Antiguo Testamento, donde las posiciones intermedias no eran válidas, o estás en un bando, o estás en otro. Habíamos llegado ya al punto donde Israel estaba ya completamente dividido en dos bandos: por un lado el reino del norte (Israel) y por otro lado el reino del Sur (Judá), algo parecido al España-Cataluña de nuestros tiempos. Pero realmente, lo que más me ha interesado de este libro no ha sido el conflicto entre los dos bandos, sino el gran líder que manejaba a los de un bando y a los de otro para que se cumplan sus propios propósitos, como en cualquier guerra que se precie. Y en este punto ya debéis saber a quién me estoy refiriendo cuando hablo del gran líder.

A la muerte de Salomón, su hijo Roboam le sucede en el trono, y es cuanto menos sorprendente que la primera petición que le pueblo de Israel le hace a su nuevo rey es que les libere del yugo y la servidumbre que su padre les impuso, o que por lo menos, los haga un poco más livianos. En la segunda parte ya comentaba que el rey Salomón no se andaba con chiquitas en cuanto a esclavitud se refería, pero parece ser que tampoco tenía mucha compasión hacia su propio pueblo. ¿Y qué es lo que hace Roboam? Ser todavía más duro con ellos ¿El gran líder de la guerra tiene algo que ver en esto?:

"El rey, pues, no hizo caso del pueblo, porque el Señor había dispuesto que sucediera así para que se cumpliera lo que el Señor había prometido a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio de Ahías, el de Siló."

Este fragmento aparece en Reyes 12, y eso que el Señor le había prometido a Jeroboam era ser el primer rey de lo que sería el reino del norte (el reino bueno, el reino al cual pertenecían los descendientes de David era el del sur). Pero aquí lo que quiero destacar no es la obvia estrategia militar de Dios, sino que parece no importarle en absoluto que miles de inocentes vayan a sufrir esclavismo con tal de que su propósito se cumpla.

Pero si algo está demostrando este gran líder es que para Él la obediencia es algo que está por encima del bien y del mal, sobre todo del BIEN, y lo bueno es que en este libro podemos encontrar ejemplos de lo más jugosos. Sin ir más lejos, en Reyes 13 conocemos la historia de un profeta de Judá al que Dios le había ordenado no comer ni pan ni agua en Betel (ciudad cananea) ni regresar a su ciudad de origen por el mismo camino por el que había llegado a Betel. Lo gracioso viene cuando éste se encuentra con otro profeta que le invita a comer a su casa, y para convencerlo le dice que un ángel de parte del Señor le había ordenado que se llevara a su casa al profeta de Judá. Parece que todo esto era mentira. Y si lo de antes era gracioso, lo de ahora es desternillante: Dios mismo le habla al profeta que había engañado al profeta de Judá (qué lío) para que le diga que por haber desobedecido sus órdenes, su cuerpo no iba a reposar en el sepulcro de sus antepasado ¿Dios castiga al engañado y no al que engaña? Aunque esto no es nada comparado con lo que le tiene preparado a Jeroboam, el rey que Él mismo eligió para gobernar sobre el reino del norte, y que por no cumplir sus mandamientos hará que todos sus hijos varones mueran. Aparte de que el mismo Dios se está saltando una ley suya según la cual los descendientes de una persona no pueden ser condenados a muerte por lo que sus padres han hecho, ¿realmente tenemos que creer que Dios no tenía ni idea de que esto es lo que iba a pasar con Jeroboam y con el reino de Israel en general, cuando Él es el que siempre lo dispone todo en primer lugar?

Y lo repito otra vez, la obediencia es algo que está por encima del bien y del mal para Dios, y da igual si un hombre le perdona la vida a otro, demostrando así que el libre albedrío entre humanos no solo existe para hacer el mal, sino para evitar conflictos y muertes innecesarias; si Dios ha ordenado una muerte, pobre del que no obedezca. Y ese pobre fue Ahab, otro de los numerosos reyes que tuvo Israel, cuyo principal error fue llegar a un acuerdo con Ben-hadad, rey de Siria, mediante el cual el Ahab le perdonaba la vida a cambio de que este rey le devolviera las ciudades que su padre arrebató al padre del rey israelita. En Reyes 20, Ahab aprenderá por medio de un profeta que si Dios quiere que se maten entre ellos, firmar la paz no es una opción:

"Así dice el Señor: 'Como tú dejaste escapar al hombre que él había condenado a morir, con tu vida pagarás por la suya y con tu pueblo pon el suyo'."

A lo largo de la Biblia he visto ya tantos ejemplos donde Dios claramente fomentaba el inicio de un conflicto bélico, y además conflictos especialmente cruentos en cuanto a pérdidas de vidas humanas se refiere, que no puedo evitar preguntarme si esa entidad a la que todo el mundo llama Padre Eterno toma estas decisiones porque la energía que se genera gracias a la guerra, la muerte, y el sufrimiento, es un alimento para Él mucho más nutritivo que la paz y el amor, al igual que nosotros degustamos langostas que han sido hervidas vivas y que por ello puede que hayan pasado por un inmenso sufrimiento, todo para que las tengamos en el plato tal y como nos gustan.

Curiosidades que hay que saber:

- El período de la época de Reyes abarca cuatro siglos, y no se trata de una mera narración histórica, sino de una reflexión profética sobre una etapa de la historia de la salvación.

- El reinado de Salomón duró 40 años, lo mismo que duró el reinado de su padre David y también la misma cantidad de años que los israelitas pasaron vagando por el desierto tras escapar de Egipto.

- Es del reino de Judá de donde deriva la palabra "judío".

- En esta obra son objeto de particular atención no solo los reyes sino también los profetas, y en especial Elías, la primera persona en la Biblia que revive a un muerto.

- El templo de Salomón fue construido por Hiram Abí, primer maestro masón reconocido.

- Salomón es el padre de la cábala mística, la disciplina que estudia la Torá desde un punto de vista místico y esotérico.

Documental: El templo del rey Salomón

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