Revista Cultura y Ocio

Prejuicios literarios

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Prejuicios literarios

Torre de libros por Matej Kren


     Ayer comentaba con Offuscatio sobre libros y autores y si leemos de forma selectiva, autores de culto, conocidos, mediáticos... gustos en general. Una de esas conversaciones interesantes sobre literatura en las que coincidimos de vez en cuando y que tanto ponen sobre la mesa. Temas interesantes. Tras ella estuve echando un vistazo a los libros más vendidos y encontré básicamente eso, marketing en las listas de ventas. No marketing editorial, al menos en su totalidad, sino mediático por el motivo que sea.
     Me encontré con las conocidas sombras del tal Grey, un libro que ha llegado ahí por el respaldo mediático, esta sí, de su editorial. Tal vez en otros países haya sido por el boca a boca, pero aquí nos han barrido y nos han convencido de que, como ya he leído en algún sitio, estábamos ante el nuevo Harry Potter. Parece que la mujer ha descubierto América, porque el punto G ya se sabe donde esta y, sinceramente, no son los libros porno que decían antes de traducirlos. Tenemos al Premio Planeta, al finalista, a Reverte... y las sorpresas como la vida de Justin Bieber.
     Cuando leo la lista no puedo evitar arrugar la nariz ante determinados títulos. Tengo.... prejuicios, a cada cosa hay que llamarla por su nombre, a la hora de coger determinados títulos. Unas veces puede ser porque haya salido escaldada de anteriores experiencias con el autor, lo cual me parece bastante razonable. Sin embargo, también entramos en el terreno de lo poco razonable. Hay autores que me caen mal, y los he leído y disfrutado, pero resulta que me cuesta traerme un libro suyo a casa porque el pobre señor o señora no me cae bien...  y me cuesta darle una oportunidad. Además admito que es algo irracional, alguno de ellos incluso está muerto, pero he leído alguna cosa que hizo o dijo... y bueno, me cuestan. También puede intimidarme el nombre. Me pasa con Virginia Woolf. Mi primera experiencia con ella fue un desastre, repetía fragmentos en la lectura con la sensación de estar perdiéndome algo. Cuando terminé el libro la sensación era de haber leído una de cada dos líneas, y la mía no era la buena precisamente. A esta tengo que darle otra oportunidad con muchísima más calma. Bueno,a esta y a otros cuantos más con los que me ha sucedido, el último Las baladas del ajo. Y claro, luego están los libros que escribe Justin Bieber por poner un ejemplo. Ya no se donde colocarlos, directamente. Si cantas, cantas; si bailas, bailas; si trabajas en la tele. Porque trabajas en la tele... pero te pones a escribir también y dudo de si lo hacen porque son conocidos y pueden aprovecharse de ello para las ventas o si de realmente tienen talento. Y sí, ya se que los libros de Boris pueden ser entretenidos, y Maxim Huerta tiene éxito con su última novela.... pero no puedo evitar preguntarme si es realmente tan fácil. Y recelo una vez más antes de comprarlos.
     Es curioso, ¿verdad? Resulta que la gente que ya es famosa vende libros porque se hace una propaganda mediática tremenda, ellos mismos al salir en la televisión. Pero luego es mucho más fácil convencernos de que agotemos las ediciones del libro de una desconocida sólo porque nos dicen muchas veces que hay que leerlo. ¿Y qué pasa entonces con el autor que empieza pero que aún no ha explotado por tener éxito? Porque María Dueñas es muy famosa y ha vendido muchas copias, pero alguien tuvo que comprar el primer libro editado. Y hoy los medios ponen a nuestra disposición nombres de autores a los que ayer no llegaríamos. Y ellos son la mayor parte de las veces los que exponen sus libros como si de una mesa de novedades se tratase.
     Así que hoy no hablo de libros, sino de autores. De si nos influyen o no a la hora de comprar. Y no hablo de nuestros favoritos sino de prejuicios. Eso que hace que arruguemos la nariz cuando tenemos un libro delante. Esa forma de juzgar de la que no se salva nadie; porque no olvidemos que para muchos Tolstoi era un Tolstón por muy reconocido que esté. Thomas Mann un ladrillo, Coelho un demagogo...y así tantas "etiquetas" como nombres que perfectamente se pueden dar la vuelta por sus fans y contarnos que Tolstoi nos hablaba de relaciones humanas en sus novelones, que Mann es una maravilla literaria de ritmo constante y Coelho brilla por sus reflexiones. Además tenemos que tener en cuenta que las personas somos curiosas por naturaleza y , muchas veces, es esa curiosidad la que acaba por provocar que nos llevemos el libro a casa, disociando el autor del libro con el producto en sí. Por ejemplo no soportaba ver a Cela, pero sus obras me parecen una genialidad. Sea como fuere hoy tengo la curiosidad en vuestros ojos cuando estáis en la librería. ¿Os influye a la hora de comprar un libro el autor que lo ha escrito?, ¿tenéis.... prejuicios? y ya si queréis decirme con quien los tenéis...
     Gracias

Volver a la Portada de Logo Paperblog