Debido a que los niños prematuros nacen con muy bajo peso y pueden tener problemas de aprendizaje, los autores del estudio habían supuesto que -igual que otros chicos a los que les va mal en la escuela- ellos serían dados a experimentar con el alcohol y las drogas, se embarazarían en la adolescencia y tendrían problemas con la ley en su juventud. Pero la investigación descubrió justamente lo contrario.
"Habíamos previsto un comportamiento más riesgoso, más abuso del alcohol y las drogas, más contacto con la policía -afirmó la autora principal del trabajo, doctora Maureen Hack, una neonatóloga del Rainbow Babies and Children´s Hospital de Cleveland-. Y encontramos menos. Fue una sorpresa, y es reconfortante."
Los expertos, incluyendo a la doctora Hack, no tienen una explicación para esta diferencia. Pero sospechan que tiene que ver con el lazo íntimo entre estos adultos jóvenes y sus padres, que los cuidaron más porque fueron niños más débiles y vulnerables.
La doctora Marie C. McCormick, que trata chicos extremadamente prematuros en el Hospital Infantil de Boston, describió el estudio publicado en The New England Journal of Medicine como "un esfuerzo pionero".
En el editorial que lo acompaña, ella y el coautor, doctor Douglas K. Richardson, del Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston, escribieron que estos resultados sugieren "una resiliencia en estos niños y sus familias que debería ser examinada en mayor profundidad".
Los niños de muy bajo peso -definidos como aquellos que nacen con menos de 1500 gramos- representan alrededor del uno por ciento de los niños nacidos cada año en los Estados Unidos. Durante más de dos décadas la doctora Hack ha seguido a 242 de ellos. Todos habían nacido en Cleveland entre 1977 y 1979, cuando los médicos recién estaban aprendiendo a salvarlos.
Ayer y hoy
En su estudio, ella comparó el grupo de bajo peso al nacer a los 20 años con un grupo control de 233 niños que habían nacido con peso normal. Ambos grupos eran de una población pobre de Cleveland.
Como era de esperar, los chicos prematuros tuvieron más riesgo de sufrir desórdenes médicos crónicos, incluyendo parálisis cerebral, ceguera y problemas pulmonares -todas condiciones derivadas de complicaciones del parto-. En promedio, descubrió Hack, el grupo de bajo peso tenía más bajo rendimiento en la escuela, repetía un grado o accedía en menor proporción a la universidad. Pero aproximadamente la misma proporción se graduaba en la escuela secundaria: un 74 por ciento en comparación con el 83 por ciento del grupo de control. Chicos de familias acomodadas tal vez alcancen mejores resultados.
Es difícil para los especialistas saber si los resultados de la doctora Hack se aplican a chicos nacidos hoy, cuando son capaces de salvar un número mucho mayor de bebes muy prematuros, algunos de los cuales tienen incluso peores discapacidades, pero cuando también la ciencia médica ofrece mejores tratamientos para esas discapacidades.
De todos modos, dijo McCormick, las cifras son alentadoras. "Uno de los temores era que estos chicos quedaran más y más atrás cuando se encontraran con las crecientes demandas académicas de la escuela media. Todo indica que la realidad no es tan dura", afirmó.
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