Revista Opinión

Premiar el fracaso. Práctica habitual en la política española.

Publicado el 31 julio 2019 por Mike Sala @mikesala65

Puede escuchar el texto al final del artículo.
Salvo excepciones, en el mundo profesional el fracaso no recibe ni recompensa ni reconocimiento; pero en política, si ciertos personajes han sabido trepar convenientemente  (y en no pocas ocasiones el mérito de muchos de ellos es únicamente trepar)  el fracaso en unas elecciones o en cualquier otro cometido conlleva la promesa de que el fracasado podrá seguir manteniendo sus privilegios y su modo de vida en otro puesto que su partido creará para la ocasión, o del que desalojarán al que ya lo ocupaba anteriormente. Y en ocasiones más escandalosas, que tampoco son escasas, el fracaso del político no es lo peor. Todos podemos recordar casos de personajes preeminentes en sus respectivos partidos y puestos de gobierno que jamás han dado explicaciones suficientemente claras sobre sus desmesurados incrementos patrimoniales difícilmente justificables, y que una vez salen de la política encuentran sus retiros de oro en los consejos de administración de las grandes corporaciones a las que sirvieron fielmente desde sus puestos públicos. Éstos últimos son la élite de los fracasados.
Si los directivos de una empresa la llevan a la catástrofe, lo más normal es que sean sustituidos inmediatamente. Tras las elecciones generales de este año, las formaciones que han sufrido mayor descalabro han conservado en sus puestos a sus dirigentes. Semejante diferencia de actuación se debe, seguramente, a que mientras una empresa trata de obtener buenos resultados basándose en la eficiencia, los partidos políticos son, ante todo, agencias de colocación y despilfarro de dinero de los contribuyentes en las que sus líderes encuentran un modo de vida del que jamás disfrutarían en el mundo laboral. Como decía un amigo hace mucho tiempo, “a todos éstos les ponía yo unos años a reponer en las estanterías del Carrefour, a recoger fruta, o a repartir todo el día con una furgoneta para que se enteren bien lo que es trabajar por un sueldo”
Creo que el ejemplo más reciente y palpable, por las dimensiones de desastre anunciado muchos meses antes de la jornada electoral, es el de Podemos. Una formación que ha perdido prácticamente la mitad de sus escaños en el congreso. Sin embargo, sus principales representantes siguen al frente de su partido, aunque se enfrentan a una situación de división interna suficientemente grave como para saltar a titulares a cada momento. Ni Iglesias, ni Montero, ni Echenique admiten abiertamente y sin reservas su responsabilidad en la caída de semejante banda de perturbados. Como suele suceder en momentos así, la culpa la tienen los demás. Y estos tres mentirosos patológicos siguen ocupando bien remunerados puestos de relevancia de los que las bases no logran desalojar.
En esta ocasión es el Partido Popular el que continúa con su dilatada tradición de colocar a sus fracasados -exactamente igual que hacen el resto de formaciones si tienen ocasión-y es Pablo Casado quien premia los deméritos de dos de sus compañeros, cuyos resultados les habrían valido el despido en cualquier compañía seria. Nada menos que dos puestos políticos bien remunerados serán asignados a otros tantos personajes que, en términos cuantitativos, lo único que han aportado a su partido ha sido obtener unos resultados francamente lamentables.
Premiar el fracaso. Práctica habitual en la política española.Cayetana Álvarez de Toledo, a quien no se le debe negar su valor para enfrentarse constantemente al independentismo, con las consecuencias que ello suele contraer, ha encontrado acomodo como portavoz del PP en el Congreso. Por otra parte Javier Maroto, protagonista destacado en el hundimiento del PP vasco y cuyo papel electoral en su circunscripción fue también manifiestamente mejorable, ocupará el puesto de portavoz popular en el Senado. Y ambos cobrarán 14 jugosas pagas anuales, además de dietas y otros privilegios.
Hoy es el PP quien salva a sus fracasados. Otras veces es el PSOE. Recientemente, Podemos, como nopodía ser de otro modo desde que este partido de falsarios dejó de ocultar que también es parte del sistema. Y Ciudadanos, quizás ahora está más ocupado en recomponer su cúpula directiva tras las dimisiones de varios de sus líderes prosocialistas en una crisis interna que ha sido suficientemente seria como para estar a punto de provocar una guerra interna que no ha llegado a suceder. Una crisis de la que se avisó en este blog un mes antes de que se hiciera pública y que algún partidario naranja en las redes llegó a calificar como “fake news”.
La política que vivimos en España no es más que el triunfo de un sinfín de mediocres, que llegan para quedarse y medrar,  y donde el fracaso no obtiene el castigo que merece, porque rara vez alguno de esos fracasados afronta las consecuencias de sus actos.

Login enPremiar el fracaso. Práctica habitual en la política española.para comentar bajo su responsabilidad
- Redes Sociales -

Premiar el fracaso. Práctica habitual en la política española.      MIKE SALA EN FACEBOOK       MIKE SALA EN YOUTUBE      MIKE SALA EN TWITTER       MIKE SALA EN VK - LA ALTERNATIVA A FACEBOOK SIN CENSURA

Volver a la Portada de Logo Paperblog