El Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez (PNCAY) 2015, fue otorgado al escritor capitalino Gabriel Rodríguez Liceaga, por la recopilación de cuentos titulada: “¡Canta, Herida!”La Secretaría de Cultura Jalisco, en conjunto con la Catedra de Literatura y Artes Agustín Yáñez, entregaron este galardón por decimosegunda ocasión. El premio consta de un reconocimiento y un incentivo económico de cien mil pesos. “¡Canta, Herida!”, escrito por Rodríguez Liceaga, bajo el seudónimo de Clemencia Corona se impuso sobre los trabajos en competencia de 46 autores que participaron este año.
Los miembros del jurado: Eduardo Antonio Parra, Ana García Bergua y Eugenio Partida, decidieron entregar, por unanimidad, el premio que honra y preserva la memoria de quien contribuyó a los estratos más altos de la cultura y la creación literaria, a la recopilación de cuentos del escritor. Lo anterior basado en su propuesta literaria, la variedad de estilos y lenguaje, así como la búsqueda de originalidad en sus temas y por su ingenio a la hora de abrir y cerrar sus historias; según lo mencionó la Dra. Miryam Vachez Plagnol, titular de la Secretaria de Cultura Jalisco.
El PNCAY se suma a la lista de reconocimientos que ha recibido Gabriel Rodríguez Liceaga, en donde destacan también, el Premio Bellas Artes de Cuentos San Luis Potosí 2012 y el Premio Nacional de Narrativa María Luisa Puga 2010.
Gabriel Yáñez, agradeció a la Dra. Miryam Vachez y Vanessa Gómez Leyva, coordinadora del Departamento de Literatura, la distinción que le hacen para atestiguar la entrega del premio, y en nombre de la familia Yáñez, hizo una cálida felicitación al joven escritor. Dijo tener la certeza de que el galardón será un estímulo para fortalecer su llamado a las letras. Habló además de la faceta de maestro de su padre, quien siempre procuró descubrir y alentar la vocación literaria de los jóvenes a través de sus consejos y meditaciones, para impulsarlos a trascender en el reino de las letras, tal como sucedió con el extraordinario poeta Rubén Bonifaz Nuño.



Gabriel Rodríguez Liceaga completa la frase diciendo: “Ojala que alguno de los cuentos que forman ¡Canta, Herida! roce siquiera tales requerimientos”


