Mi cabeza últimamente tiene forma de libro, de zapato, de partitura, pero no de blog. Lo siento mucho, pero ¡he venido a compensaros!
Menuda resaca se deben de calzar ahora mismo los invitados a los grammys de este año, pero mientras eso pasa, los mortales analizamos sus looks que en mi opinión han dejado muchísimo que desear, tanto para bien como para mal.
Una gala caracterizada por actuaciones increíbles pero con una alfombra roja soporífera, la verdad. No obstante, siempre hay excepciones...
Como la señorita Cara Quici, la que ya debería saber que lo de enseñar los muslos están tan pasado de moda como las plataformas que lleva por muy Louboutins que sean. Estos looks ya solo se ven en "mujeres y hombres" o cualquier otro programa chabacano de Telecinco, pero ¿en unos grammys? y las chichas colgándole fuera de las aberturas del vestido, deberían pixelarse, por el bien de todos.
Cindy Lauper, con mas botox que tinte rojo, dio una lección de como destrozar un Mcqueen. Alexander debe de estar revolviéndose en su tumba y con razón. Cindy, tú con tus pulseras de plástico y tus tutús molabas...
Vale, no sé quién eres pero solo puedo decir: ¡Mátame camión!
Pink que en el escenario lo dio todo, pero que en la alfombra roja decidió plantarse este vestido que no solo la palidecía si no que aún exageraba más su cuerpo de machote y sus tatuajes talegueros.
Y Katy Perry ¿qué, eh? por mucho Valentino Haute Couture que fuera, era un horror. Sí quieres hacer un tributo a la música en la noche de la música, aprende a entonar, querida.
Y para terminar... Madonna y su rollo dominatrix-mafiosa-geriátrica, que con el bastón y las fundas de oro en los dientes incluidas nos mató a todos. Pero sigue siendo Madonna y la adoramos.
Pero también como siempre las hubo que acertaron.
Me encantó la actriz Ana Faris, que iba sencilla pero preciosa con su vestido azul marino. Acostumbrada a verla en pelis chorras (y reírme un montón, para qué engañarnos) me gustó muchísimo verla tan elegante.
Mira que que me cae gorda Kelly Osborne, sobre todo porque no tengo ni idea de que hace con su vida para estar siempre tan on top y la odio por la colección de exnovios que tiene siendo tan feilla, a cada uno más guapo que el anterior. Pero anoche hubo que reconocerle, que iba genial. Muy en su rollo, sin "disfrazarse" y perfecta, ni un fallito ni medio se le pudo sacar.
Pero la ganadora indiscutible tanto en la alfombra roja como en el escenario fue Beyoncé. Lo está partiendo con su disco nuevo y sus estilismos fueron increíbles.
Desde el vestido firmado por Michael Costello que potenciaban todo lo brutalmente sexys que son las curvas de esta mujer.
Hasta el bodysuit impresionante que lució en su actuación. Con medias plumetti de Saint Laurent y sus zapatos especialmente hechos para ella del diseñador Stuart Weitzman. ¡Lo quiero todo!
Besitos que hacen ruidito al andar.