Revista América Latina

Prendan las alarmas.

Publicado el 05 mayo 2013 por Jmartoranoster

MARIADELA LINARES.

La bochornosa sesión de la Asamblea Nacional no debe irresponsablemente medirse en términos de una pelea de boxeo, donde unos resultaron más golpeados que otros, con la fea complacencia de quienes se alegraron por el espectáculo. Allí perdimos todos. La oposición viene anunciando hace rato sus intenciones: usarán todos los argumentos posibles para desconocer la decisión popular del 14-A. Y si eso no les funciona, apelarán a otras herramientas. Los constantes llamados a la desobediencia civil -”drenen su arrechera”, “Maduro es ilegítimo” y otros más- evidencian que ni acatarán la decisión del TSJ, como no lo hicieron con el CNE, ni están dispuestos a aceptar la salida democrática que el pueblo escogió. El plan de la provocación constante anuncia la segunda parte del guion: buscar un derramamiento de sangre que justifique la intervención extranjera. En todos esos escenarios, cada una de las decisiones que tome el Gobierno y la dirigencia chavista son fundamentales. Así como el presidente Maduro está en la obligación de encontrar los mecanismos que conduzcan a la concordia y a garantizarnos la paz, el presidente de la AN tiene que buscar interpretaciones menos sesgadas de la Constitución, para restablecerles a los diputados opositores su derecho de palabra. Cuando ellos fueron electos, nadie desconoció su legitimidad. No es momento ahora para atizar el fuego. Los diputados chavistas que pisaron el peine de la violencia agredieron precisamente a los líderes más emblemáticos de esa derecha, incluida la señora que tiene acceso a la Casa Blanca. Mayor estupidez, imposible. Los “inocentes” pitos, la pancarta, las cornetas, el spray que no sabemos si era insecticida o qué, lograron su objetivo: detuvieron la sesión de la Asamblea, con gran costo físico para ellos, pero con alto precio político para el chavismo. Para sentarse en una curul se necesitan muchas cosas, además de credenciales: tener la piel curtida por experiencia de calle y un gran dominio sobre las emociones. No se olviden que el país los está viendo como ejemplo y si ustedes pierden el control, señores diputados, ¿a dónde vamos a parar los demás? No exacerbemos el odio, que ya es bastante. Cuidado con los tambores de guerra… [email protected]  

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