Revista Cultura y Ocio

“Prender con Keroseno el pasado. Una biografía de Carlos Edmundo de Ory”, de José Manuel García

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2018

«Documentado recuento del itinerario personal y creativo de uno de los autores más rompedores de la literatura española contemporánea.»

“Prender con Keroseno el pasado. Una biografía de Carlos Edmundo de Ory”, de José Manuel García

Cubierta de: ‘Prender con Keroseno el pasado’

El Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2018, que conceden la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara, recupera en esta ocasión a una de las grandes figuras de la literatura española contemporánea: Carlos Edmundo de Ory. (1923-2010), una de las personalidades más heterodoxas de la cultura española. Su vida fue una galaxia de biografías: no sólo su obra puede leerse como una biografía, sino que su biografía es la historia de muchas vidas. Basta recordar que para Caballero Bonald, la obra del gaditano “supone un notable ejemplo de vitalidad creadora, de estrategia independiente frente a cualquier precepto de curso legal, defendiendo lo que el ejercicio de la literatura tiene de aventura”

“Prender con Keroseno el pasado. Una biografía de Carlos Edmundo de Ory”, de José Manuel García

Carlos Edmundo de Ory junto a José Manuel Caballero Bonald en un congreso celebrado en Segovia en 1952.

En una entrevista a José Manuel García comentó que  la figura de este casi desconocido poeta gaditano, con una vida legendaria como fundador de escuelas y expatriado, me tenía, casi tanto como su poesía, fascinado. Ory se me aparecía como un rebelde de lo más llamativo y -me habían confesado sus más cercanos- como un ser caprichoso e ingobernable enemistado con toda clase de convencionalismos. Eso acrecentó mi interés por aquel personaje tan a contracorriente de los escritores que había estudiado y leído. El caso fue que cuando lo conocí ya tenía yo formada una idea previa sobre algún rasgo de su personalidad. Sabía, por lo pronto, que la obra y la vida de Ory iban juntas y que su condición de desarraigado de la oficialidad literaria lo dotaba de un cierto prestigio. Luego, cuando lo traté, no me defraudó en absoluto, antes bien me completaron esa imagen su inocencia, su inteligencia y su capacidad para el disparate. Pero el culto a la figura de Ory en España le hizo daño -tenía fama de loco- y ocultó al ser humano que había detrás del personaje.
No es fácil presentar a Ory ante un hipotético lector español. Tal vez no valga la pena atribuir a nadie en particular la relativa desconsideración con que se ha tratado en España la obra del poeta gaditano, y que ésta se deba solamente a la escualidez generalizada del medio crítico, reflexivo y literario nacional. Ni siquiera en el momento de su muerte dedicaron los telediarios españoles, los boletines de radio, las ediciones digitales de los periódicos grandes espacios a la muerte de un escritor que murió, además, sin un reconocimiento oficial de primer nivel a su trayectoria literaria. Su paso por el mundo y por las letras españolas fue todo, menos amable. Bien es verdad que Ory escribió la mayor parte de su obra encerrado, de espaldas a los premios y festivales literarios, a los aplausos y las veleidades de la fama, de espaldas a sus lectores (escasos o por lo menos no en una cantidad proporcional a su importancia para las letras hispanas) y de espaldas incluso a las grandezas y miserias de la vida cotidiana. No obstante, su participación en la fundación del postismo y el introrrealismo lo sitúan en un lugar destacado de las vanguardias españolas del siglo XX. Si a ello unimos su obra poética, rica y diversa, sus aforismos deslumbrantes, el misterio de sus cuentos y su imprescindible Diario, tenemos una producción que merecería figurar en un lugar más destacado que el que, a día de hoy, ocupa.

El jurado, compuesto por Nativel Preciado, Antonio Cáceres, Jacobo Cortines, Alberto González Troyano, Ignacio Fernández Garmendia, Joaquín Pérez Azaústre y Rafael Valencia, reconoció el rigor y el ritmo narrativo de este trabajo de José Manuel García Gil que ilumina tanto la original figura de un creador tan excepcional como Ory como el contexto de su época.

Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.

“Prender con Keroseno el pasado. Una biografía de Carlos Edmundo de Ory”, de José Manuel García

José Manuel García. Foto: José Belló Aliaga

El autor:
José Manuel García Gil es profesor de Lengua y Literatura, director de la revista Caleta. Literatura y pensamiento y de la colección Calembé de libros de relatos. Ha publicado los libros de poemas Verdades a medias (1998), Las veces del río (2003), El salón de los eclipses (2005), Aguas prohibidas (Premio Ateneo de Sevilla, 2009) y Una hora sin cámaras (2011). Ha editado y prologado las antologías Cuentos del paraíso desconocido. Antología última del cuento en Costa Rica (2008), El corazón deshabitado. Últimos cuentos de amor en Colombia (2010) y República de los lobos. Antología del cuento mexicano actual (2015). También ha editado la antología Cuentos sin hadas (2017) de Carlos Edmundo de Ory.

El libro:
Prender con Keroseno el pasado. Una biografía de Carlos Edmundo de Ory ha sido publicado por la Fundación José Manuel Lara en su Colección Biografías. Encuadernado en tapa dura, tiene 570 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el vídeo de la presentación de Prender con Keroseno el pasado de José Manuel García Gil. Vídeo grabado por José Belló Aliaga.

Para saber más:
Fundación Carlos Edmundo de Ory.
Carlos Edmundo de Ory en el Instituto Cervantes.
Carlos Edmundo de Ory en Wikipedia.

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