Revista Opinión

Prensa

Publicado el 04 diciembre 2010 por Romanas
Prensa
La canallesca prensa española está llegando a su plenitud de abyección, es como una pandemia, ningún diario se escapa ya al contagio, sólo Público parece que mantiene el tipo pero la pregunta es ¿por cuánto tiempo?, porque los síntomas han comenzado a presentarse.
Una de mis más viejas costumbres es la de leer la prensa por la mañana. Antes, lo hacía con la de papel, ahora, lo hago con la de la Red. Es mi única manera de tener contacto con el mundo. Mi dependencia de este medio es tal que incluso le pago a Prisa alrededor de 100 euros anuales por mi suscripción a El País virtual, cosa que voy a dar de baja pronto, creo. Porque ayer leí la composición de su consejo de administración y es para echarse a llorar desconsoladamente, un diario con esos mandamases no puede ser honestamente democrático, por mucho que sus escribas sean los mismos.Ya ha comenzado a notarse la canallesca deriva en esa gran tertulia que fue, en su día, Hora 25, bajo la egregia batuta de Carlos Llamas, ahora, con la Barceló, la cosa ha empezado a degenerar admitiendo como contertulios a tipos como ése Paco no sé cuantos Alemán, que está dejando en mantillas a aquel Carlos Mendo de nuestros pecados y que ha venido a reforzar la presencia de ese impresentable Juan Carlos Martínez , que yo no sé de dónde han podido sacarlo, porque es lo más retrógrado que puede darse, lo que unido al clásico Emilio Contreras, un tipo sibilino que 1º da un pase con la izquierda para, después, arremeter con las más canallescas frases que puede esgrimir la ultraderecha.Si esto era hasta ahora, que no habían sido engullidos todavía por los tiburones del nazismo usaniano, imaginen ustedes lo que va a ser en adelante.El panorama es francamente desolador. ¿Adonde iremos ahora a intentar informarnos? Ahí, está Público, pero ¿por cuanto tiempo? Este diario es la obra de una sólida izquierda que asienta sus principios en el marxismo. ¿Hasta cuándo lo van a dejar existir? Recordemos a Triunfo, con Haro Tecglen y Vázquez Montalbán, ambos desgraciadamente ya difuntos porque la muerte siempre elige a los mejores, que tanto se desgastan sufriendo las inclemencias de tiempos como éstos y aquel Cambio 16, que todavía vive pero de qué manera. De modo que la panoplia se está llenando de engendros como La Gaceta, con ese monstruo que es Carlos Dávila, o La Razón, que no es sino Rajoy ni más ni menos, o ese inMundo canallesco que dirige el más abyecto de todos los que se autotitulan periodistas, capaz de inventarse gigantescas conspiraciones para halagar a lo peor de una sociedad podrida hasta su médula.Y no digamos de la prensa y radio deportivas o de la Tv, que Dios confunda. Desolador, no, es absolutamente destructivo, dentro de poco todo el país que lea, oiga o vea estará absolutamente arrasado y todas aquellas parábolas de 1988, Farenheit 450, Blade Runner, 2001, una odisea en el espacio, serán inocentes juegos de niños. No es para echarse a llorar, es para suicidarse, si uno tiene cojones suficientes porque aunque tú te dediques a no leer, no ver ni oír, están todas esas personas con las que necesariamente tratas, porque tienes que comer, beber y dormir, porque tienes que convivir con alguien, aunque no quieras, y vienen y te hacen comentarios tales que tienes que aguantarte las ganas de estrangularlos.Y ya no vale intentar consolarte diciendo eso de “ladran, luego cabalgamos” porque no es cierto, ya no cabalga nadie, todos nos arrastramos como reptiles empeñados en sobrevivir, en un mundo en el que no merece la pena hacerlo. 


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