Con todo el revuelo que se ha montado en torno al cierre de ‘News of the world’, la polémica en lo referente a sus ‘prácticas periodísticas’ y la cifra de ejemplares vendidos en las últimas tiradas del clausurado tabloide (2,6 millones de ejemplares), hoy pretendo hacer una reflexión a la spanish sobre si nos pone o no el morbo.
Cuando pienso en el News of the World viene a mi mente inmediatamente uno de los programas de mayor audiencia en la televisión: Sálvame (y sus derivados), de Telecinco. Ambos modelos de negocio muy rentables cuyo mérito reside en haber sabido reinventar el modelo de negocio de la conocida ‘prensa amarilla/telebasura rosa’. Porque hay una realidad, señores, quien ve Sálvame sabe lo que se va a encontrar y lo busca (lo cual es aún más preocupante).
Personalmente creo que el cierre de News of the World, es más que un asunto periodístico donde se implica la libertad de expresión. Hablamos de ética. Espiar, espiarse, vigilar y castigar o vigilar y entretenerse constituye un sistema que explica el éxito secular de los periódicos sensacionalistas, especialmente en países como Reino Unido, pero que no exime de su posible evolución y desarrollo en países como España.
¿Cuándo llegará el fin de Sálvame? O, como se pregunta Vicente Verdú ayer en su reportaje ‘La burbuja del morbo ha estallado’: ‘¿Seguirá habiendo insaciables consumidores de productos podridos?’. Ambas preguntas son igual de inquietantes.