Algunos dicen “uy, no me hace falta, yo me acuerdo de todo”. Bueno, cuando sean diez personajes en el mismo libro, interaccionando unos con otros, a ver si recuerdas si Maribel tenía el pelo negro o rubio. Y no: no vale releer en busca de la información. Eso te hace perder tiempo, y el escritor no tiene tiempo que perder.
Así que… ¡Benditas fichas! Ahí puedes anotar toda la información relevante, y consultar cada vez que no recuerdes algo, o sencillamente si necesitas refrescar a uno u otro personaje.No necesitas mucho. Hay programas (aunque no estoy muy puesta) que te ayudan a gestionar toda esa información, pero yo soy más del fiel, fiel Word (o en su defecto, una libreta, pero entonces no tienes búsqueda rápida y claro…).Mis fichas suelen ser tan fáciles como:Nombre del personajeEdad. Color y largo de pelo. Color de ojos, y si se presta, su forma. Tono de piel. Constitución y altura aproximada.
Un resumen de su historia personal, los eventos más importantes de su vida, como la muerte de sus padres, o el día de su mudanza a un pueblo totalmente distinto.
Curiosidades: detalles de su personalidad y datos importantes, cómo se hizo una cicatriz o cuántos idiomas habla, por ejemplo.Le gusta: Esas cosas que le gustan mucho, como un color, un instrumento o un género musical.No le gusta: Esas cosas que detesta, como podría ser un insecto o un clima.
Ya veis que muy, muy chungo no puede ser. Otros escritores son más esquemáticos, y otros no anotan nada en absoluto, y ya repasarán. Es algo que no me gusta nada, porque, como he dicho, pierdes tiempo. Pero eso es decisión de cada uno.