¡Preparados, listos… me caso!

Me llamo Rocío y me caso este mes de julio en el Palacio de Montarco. Quería compartir con vosotros cómo es esto de preparar una boda… ¡un jaleo muy, pero que muy, divertido y emocionante! ¿Os animáis a seguirme? Iré compartiendo con vosotros cómo lo hemos, y estamos organizando, hasta el día de la boda…

Episodio 1: ¡Nos casamos! y… ¿ahora qué?

El momento en el que tu novio se decide, declara (en algunos casos arrodilla) y te pide que te cases con él es uno de los instantes más bonitos en la vida de cualquier mujer. Yo no me lo esperaba, fue una auténtica sorpresa. ¡Fue muy especial y romántico! El verano pasado estábamos de vacaciones en Formentera (uno de los sitios que más me puede gustar) y me lo pidió mientras veíamos un atardecer precioso en el Cap de Barbaría. Tardé unos segundos en contestar porque me quedé completamente en shock pero en seguida dije:  ”Sí, claro, ¡sí quiero!”  El pobre respiró y nos echamos unas risas entre la emoción y los nervios.

A partir de ese instante, de ese momento para el recuerdo, toca tomar decisiones. ¿Y ahora qué? ¿Dónde nos casamos? ¿Cuándo? ¿Qué tipo de boda queremos?, etc.
Lo teníamos muy claro, en el Palacio de Montarco (Ciudad Rodrigo) y en verano.

Me apetecía casarme en un sitio diferente, fuera de Madrid y de lo clásico, para que nuestra boda fuese especial. Conozco Ciudad Rodrigo y el Palacio desde hace bastante tiempo y nada me podía hacer más ilusión que casarme en sus jardines en una noche de verano. Mi novio, Rudy, lo conocía pero no como “posible sitio en el que casarnos” así que organicé un viaje para allá en septiembre, lo recorrimos de cabo a rabo imaginando como sería y nos decidimos. A mí me apetecía casarme en los jardines. Siempre me imaginé una cena al aire libre, llena de velas, flores y pequeñas luces, con música de jazz sonando de fondo. Todo muy romántico y especial… y ese sin duda era el sitio.

En cuanto a la iglesia, también lo tuvimos fácil porque Ciudad Rodrigo tiene iglesias preciosas. Dudamos entre la Catedral de Santa María y la Capilla Cerralbo, y al final nos decidimos por la segunda que además esta cerquísima del Palacio.

Ahora tocaba decidir si julio o septiembre… Siempre había soñado con una boda en septiembre. ¡Me encantan! La gente está relajada, morena, más guapa, ha descansado en vacaciones y está dispuesta a pasarlo pipa. ¿No creéis? A pesar de eso, nos decidimos por julio porque nuestros hermanos viven al otro lado del charco y venirse a España unos días en julio era mucho más fácil que en septiembre. ¡Nos casaremos el 12 de julio!

Otra de las cosas más complicadas en nuestro caso es el alojamiento de los invitados. Yo soy de Madrid y mi novio, aunque vive en Madrid, es de Marbella. Teníamos que alojar a más de 300 personas, y Ciudad Rodrigo tampoco tiene una oferta hotelera muy amplia, así que dedicamos un fin de semana completo en octubre a recorrernos uno por uno los hoteles y casas rurales de la zona y a bloquearlas. Hicimos una página web con Google (os lo recomiendo, está tirado y es gratis), subimos toda la información de los distintos tipos de alojamiento y mandamos un ‘Save the Date’  a todos los invitados.

Después hemos tenido que dar mucho la lata para que reservasen porque parece que ¡Ciudad Rodrigo está de moda! y, como hay varias bodas ese mismo fin de semana, las habitaciones de hotel se “rifaban”. Para nosotros era una prioridad que pudiesen dormir allí, queríamos que nuestros invitados estuviesen muy cómodos. Hay que decir que todos se pusieron las pilas enseguida y reservaron de inmediato y que, además, los hoteles y los dueños de las casas rurales nos han dado todas las facilidades del mundo. ¡Nos lo han hecho fácil! ¡Gracias!

Ya teníamos lo más importante: fecha, iglesia, sitio para la cena y alojamiento para nuestros invitados. Estábamos felices pero nos quedaban (y nos quedan aún) montones de cosas más… Mi hermana nos mandó el listado de “deberes” que hizo ella para su boda y nos pusimos manos a la obra, tarea por tarea: papeleo burocrático, invitaciones, vestido de novia y chaqué, música, fotos, vídeo, flores, decoración, menús…

En el siguiente post os lo seguiré contando… Una boda da mucho de sí…

No os lo perdáis, ¡hasta la próxima!

Rocío