No me cabe duda de que el Partido Popular tiene una consigna electoral para todo el Estado español, que Rajoy es el primero en aplicar: no hay que decir nada (salvo ambigüedades), simplemente hay que esperar y "no cagarla" (con perdón por la expresión). Es decir, el viento sopla a su favor, ganarán las elecciones sin esfuerzo, pero hay que evitar meterse en berejenales.
A nivel local, Mayte Parra (con el permiso de sus afines) sigue esa consigna al pie de la letra. Por una parte, generando innumerables notas de prensa positivas que contribuyan a mejorar la deteriorada imagen del PP en Ibi. No importa que lo anunciado o lo publicitado sean auténticas insignificancias o eventos irrelevantes, no importa atribuirse méritos ajenos. Se trata de que aparezca en todos los medios de comunicación la cara amable del partido. En cambio, algunos errores pasados le siguen pasando factura.
Por otra parte, se intenta evitar cualquier polémica, aunque para ello haya que incumplir flagrantemente las leyes. No estoy exagerando, la Alcaldesa de Ibi incumple sistemáticamente la ley que ordena celebrar Plenos Ordinarios cada mes. Prefiere convocarlos de forma extraordinaria con cualquier excusa. Ya expliqué la diferencia: en los Extraordinarios no hay que dar cuentas de nada, no hay mociones de la oposición y no hay ruegos y preguntas.
También incumple la Ley cuando evita presentar los Presupuestos para 2012, no vaya a ser que los ciudadanos se den cuenta de la agenda oculta que tiene el PP para los ibenses (¡agárrense!). Así, con trampas similares, se consigue no alterar el cómodo ambiente que necesita el PP para recuperar los votos perdidos en Ibi.
Pero no se dejen engañar estas artimañas. Me consta que hay reuniones (¿secretas? ¿clandestinas?), que se han hecho números y que hay algunas decisiones polémicas encima de la mesa. Naturalmente, el PP cuenta con la colaboración de algunos columnistas, que se están encargando semana a semana de crear un estado de opinión proclive a determinadas "reformas". El pastel es más pequeño y la gente no se conforma en mantener su ración proporcional en ese pastel, exigen su cuota parte íntegra aunque sea a costa de dejar a otros a cero. Y si hay que intoxicar al pueblo, pues se le intoxica.
Lo dicho: voten el 20N a quien quieran, como es su derecho (nunca he pensado que sea una obligación). Pero empiecen a pensar en el día 21 de noviembre, porque ocurrirán cosas, muchas cosas (Rajoy y Maite Parra se encargarán de ello).