Estos días, y con estas temperaturas extremas, he blogueado poco, aunque quiero contaros algo que me pasó hace una semana mas o menos.
Me dio por arreglar el parterre de la entrada, oooh! llegan mis lindos retoños y me apetece tenerlo todo bonito, dentro de lo posible claro, je je. Pero vaya golpe me di podando mi vieja lavanda ¡ama! vaya super tronco tenía, pero gracias al Arnidol ¡oye! ni se me hinchó ni me salio moratón ¡que bueno!
Deciros que el Arnidol es una barrita que entre sus componentes tiene árnica y harpagofito, a mi siempre me han gustado las cosas naturales, y en concreto el árnica la uso desde hace años en crema, desde que mi amiga Luciana me la recomendó para el dolor muscular, aunque ella la usa para montón de cosas más, pero es que lo bueno del Arnidol es su presentación, comodísima de usar, sobre todo cuando hay peques en casa, y no te digo nada si están empezando a descubrir el mundo, gateando me refiero, o sus primeros pasos.
Bueno, en el caso de los peques te ofrece digamos una solución mágica, pues te permite sacar en un momento del bolso la barrita y con mil amores darle esos mimines y a la vez aplicarle la barrita, que le refresca, alivia, evita el morado y el chichón o por lo menos los reduce, y sobre todo le tranquiliza.
Oye! no se os olvide si lo probais, decirme que tal.
Besitos