Ya he hablado varias veces sobre la importancia de proteger la piel a diario con un factor de protección solar mínimos SPF 15, sea la estación que sea. Invierno, otoño, verano o primavera, pero !ojo! la protección solar debe ser superior si se van a practicar deportes al aire libre o bien si las exposiciones al sol son más prolongadas ya que los rayos solares son igualmente peligrosos en todas las estaciones del año. (No solo en verano).
Durante el invierno y hasta la primavera es un momento idóneo para los tratamientos de rejuvenecimiento o tratamiento para las manchas cutáneas, mediante microdermoabrasiones, peelings, luz pulsada (IPL) o láser fraccional, ya que la piel estará recuperada y lista antes del verano (y de las exposiciones solares).
Ahora también es el momento perfecto para desintoxicar la piel, mediante productos naturales o con ayuda profesional y cosmética. (¿Recordáis mi post sobre peelings químicos para la piel?)
La piel se regenera naturalmente cada 30 ó 35 días aproximadamente. Para tener una piel saludable, es imprescindible acostumbrarse a exfoliarla regularmente. A través de ello, se eliminan las células muertas, se activa la circulación, se suaviza la piel y lo más importante se promueve la renovación de células nuevas, fortaleciendo la piel, proveyéndola de elasticidad y contribuyendo a que las cicatrices y marcas se minimicen o desaparezcan.Una exfoliante casero u muy sencillo de preparar consiste en azúcar con agua. Se pone azúcar en la palma de la mano humedecida y se frota la cara con los gránulos del azúcar durante unos dos minutos. Se aclara con agua fría y listos.
Después del invierno es habitual que el cutis esté apagado y con falta de luminosidad. ¿Os gustaría tener un cutis radiante y luminoso?

Además de tratamientos y cremas o serums que contengan vitamina C y cantidades minimas de algún tipo de AHA (ácido gilólico o ácido salicílico) una mascarilla casera hecha a base de avena y miel puede ser muy útil para dejar el cutis fresco y limpio de impurezas ya que ambos ingredientes suavizan y limpian la piel, evitando que salgan granitos y ayudando a cicatrizar los ya existentes. Su preparación es muy sencilla:
Mascarilla de avena y miel: Poned en un bol, cuatro cucharadas de harina avena y una cucharada de miel. Añadid una cucharada de agua y mezclad todo bien hasta formar una pasta homogénea. Aplicadla en el rostro y dejadla actuar durante diez ó quince minutos.
Aclarad bien con agua templada para retirar totalmente la mascarilla del rostro. Y voilá!!!! Vuestro cutis estará terso, fresco y suave!!!

Besos desde mi blog!!!