Después de todo lo que se ha hablado en 2010 sobre el futuro de la industria aeronáutica en Andalucía y los retos que se plantean para los años venideros, parece que hay un gran acuerdo sobre la importancia que tiene orientar los modelos de negocio a las áreas de mayor valor añadido e invertir en investigación y desarrollo. El objetivo es ir por delante en el mercado y ganar ventajas competitivas en un sector que se está globalizando en su ámbito geográfico, a la vez que concentrando (menos empresas, más grandes) en su ámbito regional y local.
Si hay una especialidad que contiene la llave para el valor añadido y para la I+D, sin lugar a dudas ésa es la ingeniería. Entonces, ¿Qué cartas de ingeniería tiene Andalucía en su baraja aeronáutica, y cómo puede jugarlas?. Parece que merece la pena echar un vistazo al patio a ver cómo anda la cosa.
En 2007, la Fundación Hélice (que representa al clúster aeroespacial andaluz) hizo un interesante estudio sobre las empresas de ingeniería dedicadas al sector aeronáutico, ya fuera por estar dedicadas íntegramente a esta actividad, o por poseer departamentos relevantes de ingeniería. Hace cuatro años, Andalucía tenía 17 empresas dedicadas por entero a la ingeniería, destacando los campos del diseño asistido por ordenador (CAD/CAM), sistemas, cálculo de aeroestructuras y outsourcing. El perfil típico era (y lo sigue siendo hoy) el de empresa pequeña (50 empleados o menos), reducida inversión en I+D y muy dependiente de las tractoras y tier-1, sobre todo Aernnova y EADS, únicas con acreditación DOA (Design Office Authorisation, proporcionada por la agencia EASA). Dos terceras partes de este conjunto reducido de empresas eran filiales u oficinas de empresas radicadas fuera de Andalucía.
En 2011 el panorama no ha cambiado mucho, pero sí la tendencia. Hemos vivido la desaparición de algunas de ellas, como Aerotech Engineering, y algunas fusiones o adquisiciones, como la integración de Emerge en Elimco, o la de Tecaer en Sevilla Control.
Y digo que ha cambiado la tendencia porque en este corto periodo hasta 2011 han ocurrido varios hechos que podríamos considerar de gran relevancia, como:
- La creación del CATEC (Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales), que de alguna manera viene a prestar el departamento de I+D a aquéllas empresas que no lo tienen, desde el respaldo del capital público.
- La consolidación de TEAMS, un spin-off de la Universidad de Sevilla, dedicada al tratamiento y test de materiales aeronáuticos (por cierto, se acaba de adjudicar un interesante contrato de Alestis).
- La aparición de dos nuevas empresas con certificación DOA de EASA, dedicadas al mantenimiento y reparación de aeronaves, la gaditana S4A en el Puerto de Sta. María, y Aeroespace Engineering Group, de origen estadounidense.
- La apuesta firme por la ingeniería de empresas que no necesariamente centraban su actividad en este campo, como ELIMCO o Sevilla Control.
Un indicador de que la ingeniería va por buen camino es sin duda el incremento en facturación de esta actividad, que según datos del estudio que Aertec elabora anualmente para la Fundación Hélice, ha pasado 19,8 a 45,9 millones de euros desde 2007 a 2009, pasando en el mismo periodo de 598 a 1084 empleados directos.
Teniendo en cuenta todos estos factores y su evolución, la rama de ingeniería en el sector aeronáutico andaluz presenta algunas debilidades, como pueden ser el estar muy fragmentada, o la escasa capacidad de acceso a la financiación de sus empresas principalmente por su reducido tamaño.
En esta misma línea, son verdaderas amenazas para la ingeniería andaluza hechos como la competencia que los países emergentes (el caso de India es digno de estudio) ya ejercen en este campo, u otros ya inminentes como el desembarco de fuertes ingenierías europeas (Altran, por ejemplo) que se esperan en España.
No todo va a ser malo, por supuesto, la ingeniería andaluza posee algunas fortalezascomo el apoyo de las instituciones y el capital público, o la buena base formativa de que goza la región gracias al buen nivel de sus Universidades.
Y para terminar el análisis, la ingeniería no puede dejar pasar oportunidades como la fuerte presencia de empresas tractoras y tier-1, o la consolidación de empresas dedicadas a la producción que cada vez más dependen del soporte de la ingeniería para desarrollarse.
Reflexionando sobre todo lo anterior, la solución de la ecuación de la ingeniería andaluza pasa quizá por una serie de elementos sobre los que hay trabajar y focalizar esfuerzos. ¿Quizá podrían ser los siguientes?:
- Mayor diversificación. El sector aeroespacial también incluye a los helicópteros, los vehículos espaciales, los no tripulados, incluso a la aviación general y deportiva.
- Mayor especialización. Andalucía es fuerte en el cálculo de aeroestructuras y en la ingeniería de instalaciones eléctricas, pero tiene también la base de conocimiento suficiente para desarrollar sistemas embarcados completos, aviónica y otros componentes hasta ahora siempre importados.
- Mayor concentración. Alianzas y fusiones van a ser claves para acceder a los mercados de capital y competir con ingenierías extranjeras fuertes.
- Mayor internacionalización. La ingeniería es más fácilmente exportable e internacionalizable que los medios de producción (o al menos, se necesita menos capital para abordarlo). Aprovechar esa ventaja es lo que otros países ya están haciendo para abrir mercados.
- Más DOA. No puede ser que las únicas empresas con certificación DOA sean las tractoras o las dedicadas al mantenimiento. Andalucía puede y tiene que ser fuente de diseño y certificación.
- Más innovación. Aprovechando el apoyo de las instituciones hoy, desarrollando estructuras propias de I+D mañana.